Ramiro Garavito nos introduce a la bienal Contextos II, caracterizada por la participación de artistas jóvenes junto a consagrados.
UNO. Hace dos años, gracias al lúcido y generoso auspicio del Centro Pedagógico y Cultural Simón I. Patiño y de su directora, Elizabeth Torres, se realizó la primera versión de Contextos para proponer a los artistas bolivianos “la necesidad de reflexionar el lugar concreto en el que vivimos y las circunstancias que lo hacen posible”. Para ello invitamos a los veinte artistas más representativos del país.
Ante el éxito de la muestra, el Centro decidió seguir apoyando nuestra iniciativa y hacer posible la realización de la segunda versión de Contextos y convertir el evento en una Bienal de Arte Contemporáneo, BAC, sin que esto signifique asumir las características de la creciente bienalizacion en el mundo. Contextos es una bienal de arte contemporáneo que se realiza cada dos años; se inscribe sobre la base de la necesidad de considerar reflexivamente los fenómenos actuales, culturales, sociales y políticos, y resignificarlos desde la especificidad del arte contemporáneo.
DOS. En esta segunda versión, además de invitar a los artistas más reconocidos del país, la curaduría incluyó a artistas más jóvenes o con menos trayectoria, sobre la base de proyectos relacionados con la sugerencia curatorial de explorar el arte como la relación de un pensamiento, el del artista, con otro, el del espectador, a través de una valoración máxima del significado sobre el resultado estético de la percepción. En este sentido, la curaduría propuso la frase: “Es menos lo que ves que lo que podría ser”.
Estamos conscientes de que la valoración artística del significado sobre la forma —lo que marca en consecuencia, la diferencia entre lo artístico y lo estético— es un hecho histórico consumado desde los demostrativos planteamientos vanguardistas del arte conceptual en los 60; no obstante, dicha valoración nos parece contextualmente pertinente aquí, ya que desde la excepcional particularidad de nuestro medio, incluidos los centros de enseñanza, oficiales o no, los pares arte-estética, arte-belleza, arte-forma, estética-belleza, forma-belleza, arte-habilidad son identificados todavía como sinónimos, lo que determina una práctica artística poco reflexiva, sensorial y sedativa, y una experiencia pasiva y anodina en la recepción, cuyas consecuencias en el creciente pragmatismo de las políticas culturales estatales pueden traducirse como síntomas evidentes de una depreciación del arte.
TRES. En esta muestra, además del innegable pluralismo de medios exhibido, podemos observar que el significado aparece apuntalado por una referencia a la analogía múltiple, a las afinidades y asociaciones familiares; el traslado de imagen que supone la metáfora está liberado por medio del drama, el placer, la fantasía o el humor, lo que da lugar a combinaciones originales y sorprendentes, y son las que dan cuenta de la imagen poética. A partir de esas características, Alejandra Delgado (S.T.) alude a la reiterada utilización política que hacen los partidos a costa de las instituciones, en este caso, de la institución militar. José Ballivián (Ideograma 8) cuestiona en su video la tradicional idea unidimensional de la identidad, problematizándola desde el pluralismo vivencial de sus manifestaciones. Raquel Schwartz (El mar no existe) plantea la constante y frustrada reivindicación por el mar perdido desde la descarnada conclusión definitiva de su inexistencia. Alejandra Dorado (S.T.) recrea los métodos sofisticados de la represión política que incorpora la diferencia de género en la tortura. La pieza recuerda uno de esos métodos usados en el oscuro periodo de las dictaduras militares. Galo Coca (Trans) hace una recreación lúdica de la autosatisfacción, celebrando el placer de la sexualidad. Guiomar Mesa (Vamos por partes…) señala en sus fotografías un cuerpo contemporáneo indefenso, intervenido, manipulado y atravesado por prácticas y discursos ajenos a una naturaleza clásica que se ha hecho obsoleta. Andrés Bedoya (Estudio de forma en movimiento), al modo del artista Paul McCarthy, señala con ironía, en un video deliberadamente tedioso, el absurdo mecanismo de las obsesiones en el que la noción del tiempo desaparece. Roberto Unterladstaetter (Miss Guevara) nos muestra una fotografía extraída de la prensa, donde reinas de belleza parecen rendir homenaje con un ramo de flores al lugar donde estuvo muerto el guerrillero Ernesto “Che” Guevara en La Higuera; en ella se hace alusión a la ironía con la que se asume el hecho histórico. La mención a los medios no es una casualidad.
Anuar Elías (Subvención a la transgresión) pretende cuestionar con su performance la noción de contextos ligada a los espacios cerrados de exhibición, para ello se apoya en el uso de textos del pintor A. Borda que son difundidos por los parlantes de un automóvil que recorre las calles como anunciando un espectáculo popular. Sandra de Berduccy (Ripaymapping) hace el montaje de una sofisticada video instalación en la que conviven tecnología y tradición, para reivindicar los tejidos de los pueblos originarios. Roberto Valcárcel (Tres pensamientos sobre la descolonización en Bolivia) hace alusión a la descolonización en Bolivia y las dificultades insalvables de su propósito. Eduardo Ribera (Madrid en el corazón) nos muestra su autorretrato para deslizar el sentido de una genitalidad puesta en cuestión. Cecilia Lampo (Cuadernos de viaje- Cuaderno I Riberalta; Cuaderno II El Alto) nos muestra dos cuadernos de viaje con fotografías intervenidas que testimonian las particularidades locales de remotas provincias como fragmentos de un entorno físico rescatados por una mirada que deja su marca a modo de coordenadas íntimas. Sol Mateo (Discóbolo), con algo de nostalgia, satiriza hasta el absurdo la pretensión posmoderna de la apropiación histórica de lo antiguo.
*Curador- Filósofo
21 son los artistas que participaron en esta bienal con diversas expresiones plásticas.
Además del innegable pluralismo exhibido en la muestra, podemos observar que el significado aparece apuntalado por una referencia a la analogía múltiple, a las afinidades y asociaciones familiares; el traslado de imagen que supone la metáfora está liberado por medio del drama, el placer, la fantasía o el humor, que da lugar a sorpresas.
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