domingo, 11 de diciembre de 2011

Cristóbal Aldana:EL «Rumi Runa»

Cristóbal Aldana Flores, conocido como el “Rumi Runa” (hombre de piedra), es un artista de esculturas que pese a los inconvenientes que conlleva vivir del arte en Bolivia, continúa esculpiendo con la misma fuerza que cuando comenzó, entregando en cada pieza el alma. Al conversar con él, se ve que su pasión por el arte le brota por los poros. Desde pequeño le gustaba pintar y dibujar pero fue descubriendo su inclinación al arte cuando comenzó a ayudar a su padre artesano. Sin embargo, no fue hasta sus 18 años cuando acudió a una exposición de Agapito Céspedes, destacado escultor boliviano, que despertó su verdadero interés por la escultura.

Su gran determinación por hacer lo que realmente quería, lo llevó a entrar a la Escuela
Superior de Bellas Artes Raúl G. Prada. Paralelamente, Aldana ere y es picapedrero reconocido en el medio, habiendo realizado obras importantes como la Catedral de Aiquile, la restauración del templo de Totora, en lo que concierne a la talla en piedra. Con sus esculturas ha realizado varias exposiciones en varias ciudades del país.

OH! conversó con el “hombre de piedra”, sobre su inicio, su carrera, su visión del arte y los sentimientos que esto le genera.

OH!: ¿Cómo nace su pasión por el arte?

Desde niño me llamaba la atención la artesanía porque mi padre era alfarero (artesanía en barro). Él hacía desde animales hasta cántaros o fuentes grandes y yo lo ayudaba a amasar y a hornear. Desde ahí que conozco algo de lo que es la cerámica, cocción y esmaltes, aunque de manera rústica.

Cuando terminé el colegio fui a una exposición en el (Salón) Gíldaro Antezana y pude ver las esculturas en madera de Agapito Céspedes. Entonces pensé que si esas hermosuras se podían hacer en madera, por qué no en piedra.

OH!: ¿Por qué piedra?

Trabajé desde mis 17 años en construcciones con picapedreros y para ese entonces dominaba la piedra. Podía hacer desde un batán hasta una moldura o fuente de agua, pero no conocía el arte plástico, ni las composiciones, ni perspectivas…sabía simplemente lo básico. A mis 19 años me inscribí en la escuela de Bellas Artes de Raúl G. Prada y en cuatro años me gradué como escultor pero decidí quedarme dos años más y aprender sobre pintura (oleo, acuarela, etc.).

En cuanto a la piedra, pienso que con sólo ver el bloque, uno se emociona, se admira… Picarla y labrarla es todo un reto para cualquier artista. Desde la prehistoria, la piedra es admirada y apreciada y continúa teniendo un gran valor. En ella, uno se puede imaginar la escultura que se puede descubrir. Ver la obra terminada es simplemente formidable.

OH!: ¿Qué lo llevó a elegir la escultura y no la pintura?

Cuando egresé de la Escuela de Bellas Artes me di cuenta de que ya no quería copiar las esculturas de Agapito, sino que debía tener un estilo propio y que los amantes del arte me pudieran identificar por ello. Desde entonces estoy en esta actividad y he tenido la oportunidad de estar en muchas exposiciones tanto a nivel regional como nacional.

OH!: ¿En qué se inspira?

Las mujeres son muchas veces fuente de inspiración, pero también leo y me informo mucho sobre los grandes artistas y sobre los premios nacionales de cada año. A la hora de crear me adapto a nuestro medio y a la coyuntura social del país. No hago copias.

OH!: ¿Cual considera que es la obra más importante que ha realizado?

Se llama “El esclavo más rico”; es una obra en piedra de un metro y algo más de altura que se encuentra en la casona de Santibáñez. Esta escultura ha ganado el premio “Escultura en Piedra Concurso Nacional de Artes Plásticas 14 de Septiembre” hace unos años y definitivamente me ha motivado a seguir produciendo.

OH!: ¿Ha trabajado con otros materiales?

Sí. He trabajado con otros materiales como madera, fibra de vidrio, fibrocemento o fierro, pero estos materiales sobre todo he utilizado en pedido que me hacen mis clientes porque generalmente las obras que hago para exponer, son la mayoría hechas en piedra y me lleva mucho más tiempo hacerlas.

OH!: Cuéntenos sobre su reto más importante.

Haber logrado realizar la exposición colectiva “Solo esculturas” que se ha llevado a cabo por segundo año consecutivo este 2011. Para este evento he invitando a la mayor cantidad de escultores tanto a nivel local como nacional. El primer año participaron 17 artistas y este año fueron 27. Hemos tenido el apoyo de gente que aprecia el arte y nos han dejado firmas que dan ganas de seguir adelante.

Mi próximo gran reto es formar la Sociedad de Escultores Departamental y ojalá luego pueda hacerse a nivel nacional.

OH!: ¿Se puede vivir de la escultura?

Penosamente poca gente da valor al arte. Los artistas, creo que todos en general, sienten que ni siquiera los medios de comunicación nos dan cobertura. He tocado varias puertas de canales y parece que no les interesa. Son muy pocos los que nos brindan su apoyo como el programa Ajayu, el canal Univalle con su programa Espacio y Tv amiga, Los Tiempos, pero después se hace muy difícil contar con el apoyo de los demás medios.

Por otro lado, vivir del arte en Bolivia es muy difícil y para mi significa luchar en contra mío, de mi familia, y mis vecinos (ríe).

Trabajo siete días a la semana de 6 de la mañana a nueve de la noche y eso les molesta; por ello estoy pintando en las noches. En síntesis, es muy duro vivir del arte. Mi soporte económico viene de la picapedrería y trabajos por encargo, pero igual encuentro el valor y el ánimo para seguir con las esculturas, más aún cuando los fanáticos del arte me apoyan. Las críticas, sean buenas o malas, las recibo, me preocuparía que no dirían nada al respecto.

OH!: Cuéntenos sobre su obra más destacada como picapedrero.

La Catedral de Aiquile. He trabajado en esa obra cuatro años y medio emplazando todo lo que es de piedra. No la hice solo yo, tenía 30 trabajadores que me han colaborado y obviamente hemos trabajado sobre el diseño del arquitecto.

OH!: ¿Qué considera lo más difícil de su carrera?

El inicio. Cuando uno empieza a exponer y se queda solo entre gente que conoce y aún así seguir por el camino que a uno le gusta. Si bien he vendido muchas obras de arte tanto en Bolivia como en el extranjero, no es lo que uno espera, pero sigo trabajando y lo seguiré haciendo. Es muy difícil seguir. De hecho, muchos de mis compañeros de promoción, han desistido. Éramos 14 y sólo nos dedicamos al arte tres; se han rendido y decepcionado porque no da plata.

OH! ¿Tiene pensada alguna escultura que aún no ha realizado?

Sí, una que pienso que ganaría un premio se trata sobre el aborto. Creo que es importante hacer una concientización sobre este tema que está presente en la sociedad en todos los estratos sociales. Creo que mi escultura podría venir a ser como una reflexión a la sociedad.

OH!: ¿Otro proyecto pendiente?

Disfruto mucho de la fotografía también… soy fanático y si tuviera presupuesto, expondría porque tengo cerca de 2.500 imágenes. También tengo pinturas creativas con colores cálidos y vivos que las vengo realizando desde hace un año. Espero algún día poder exponerlas también. En cuanto a la escultura, espero seguir exponiendo todos los años nuevos trabajos.

Tengo fans y admiradores del extranjero, entre ellos un artista plástico de Francia que vino a mi exposición y me compra mis obras. También un alemán boliviano que vive allá valora mi arte. Son ejemplos que me dan apoyo moral para seguir adelante.


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