“La fotografía aérea es una fuente inagotable de información”, afirma Amadeo Saldías Cordero, creador y primer director del Servicio Nacional de Aerofotogrametría (SNA), institución que desde hace 35 años captura imágenes aéreas de Bolivia y otros territorios.
El SNA es una unidad descentralizada de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) encargada de realizar trabajos cartográficos, geodésicos y topográficos a partir de fotografías obtenidas desde aviones militares.
Esta información es útil en estudios medioambientales; en la cuantificación de recursos mineros, forestales, petrolíferos e hídricos; en levantamientos catastrales y en la evaluación de desastres naturales, entre otros.
“Hasta la fecha tenemos más de 140 proyectos de fotografías de diferentes escalas y tipos, ejecutados a nivel nacional y que cubrieron una extensión aproximada de 2,6 millones de kilómetros cuadrados, equivalente a dos veces la superficie del territorio boliviano”, apunta Javier Villarroel, director del SNA.
Para tomar fotos aéreas, primero se debe definir el proyecto, luego se realiza un plan de vuelo en el que se identifican las posiciones del terreno y los ejes de vuelo para cubrir toda la zona de interés.
Una vez que se determinan las coordenadas geográficas en los mapas, se ubican estos mismos puntos en el terreno mediante equipos GPS, satélites y una red geodésica nacional, lo que garantiza una delimitación precisa.
Para realizar este trabajo es preciso que el cielo esté completamente despejado y, por ello, la mejor época para tomar fotografías aéreas -en el hemisferio sur- es entre abril y septiembre.
UNA MIRADA A LA HISTORIA
En Bolivia, la aerofotogrametría empezó a emplearse el 11 de julio de 1928, cuando los oficiales Alfredo Santalla y César Gorriti realizaron tomas aéreas de La Paz desde un avión Breguet XIX, equipado con cámaras Gaumont F-26.
A partir de esta iniciativa, se habilitó un precario laboratorio de revelado y procesamiento de datos en la Escuela Militar de Aviación de El Alto.
El historiador Ramiro Molina Alanes recuerda que “durante la Guerra del Chaco, la fotografía aérea fue utilizada tanto para planificación de las operaciones militares, como para el trazado de caminos y picadas en el intrincado bosque y los despoblados pajonales del inhóspito Chaco Boreal”.
En 1958 se creó la Sección Aerofotogramétrica de la Fuerza Aérea, a cargo del ingeniero austriaco-boliviano Max Schreir, lo que ayudó en el desarrollo profesional de esta especialidad.
Luego, con la adquisición de la aeronave Learjet LJ-25D, así como de cámaras y equipos modernos, el 19 de noviembre de 1976 se creó el SNA al mando de Saldías, quien a sus 85 años se siente satisfecho por el progreso de esta unidad.
“En aquella época se compraron las mejores cámaras, hicimos vuelos de calibración en Estados Unidos y nuestros trabajos siempre fueron muy precisos, al punto que el servicio geodésico norteamericano recomendó nuestro servicio a países de Centroamérica”, afirma.
Fruto de aquella pericia y prestigio, en los siguientes años se realizaron 12 levantamientos aerofotogramétricos en Guatemala, Colombia, Costa Rica, Honduras y El Salvador.
El creador del SNA recuerda que como se trabajaba con cámaras analógicas, el revelado era un afán aparte. Contaban con laboratorios especiales donde se imprimían fotografías de 23 centímetros cuadrados.
Luego venía la labor más compleja, la interpretación de la fotografía, realizada por cartógrafos, geólogos, edafólogos y diseñadores de carreteras. “Se hacía la fotointerpretación para inventario de recursos naturales y de bosques, control de inundaciones, diseño de carreteras, planificaciones urbanas”, explica Saldías.
En la actualidad, con un renovado equipamiento digital, acorde a los avances tecnológicos, esta unidad apoya a instituciones públicas a las que cobra una tarifa sujeta al tamaño del terreno y al tipo de vuelo. “Cuanto más alto el vuelo, más bajo el costo”, explica Villarroel.
Con las fotografías aéreas, tomadas desde las aeronaves Learjet LJ-25B, se realiza la actualización de la cartografía boliviana.
Según Saldías, la aerofotogrametría no sólo plasma territorios en imágenes, sino que también permite el desarrollo del país con la captura de imágenes para plasmar mapas e investigaciones.
EQUIPOS DE ISRAEL
Ante la necesidad de renovar los equipos del SNA, este año se realizó la compra de una cámara digital de industria israelí, bajo la autorización y supervisión de una empresa canadiense.
“Esta cámara es de última generación. Es de gran productividad, es muy versátil y se puede adecuar a las diferentes aeronaves con las que contamos”, afirma el director de SNA.
La cámara tiene capacidad para la obtención de datos e imágenes de alta resolución a distintas alturas. Su sistema digital permite obtener múltiples productos en un solo vuelo y un óptimo control de calidad en tiempo real.
Una de las ventajas, explica Villarroel, es que esta máquina fotográfica reduce las horas de vuelo y los costos operacionales; además, no requiere el proceso de revelado que se hacía con las cámaras analógicas.
Con la imagen en la computadoratambién es posible verla en tres dimensiones (3D) y al imprimirla se puede alcanzar un tamaño de un metro cuadrado. Para poder emplearla, el equipo fue entrenado tanto en fotografía como en vuelo.
Esta unidad, desde su creación, compró ocho cámaras analógicas que en su momento fueron de gran utilidad.
REQUISITOS DEL VUELO
Para sacar fotografías aéreas ante todo se debe disponer de cámaras fotográficas que respondan eficazmente y ampliamente.
Para las fotografías desde gran altura, son precisas distancias focales grandes y máximas; por ejemplo para fotografías de grandes extensiones se necesitan cortas distancias focales y grandes ángulos de la imagen.
Para obtener los mapas a grandes escalas, las fotografías en colores o las expediciones científicas, es necesario tomar los recaudos correspondientes. Por ejemplo, las bajas temperaturas que se encuentran a grandes alturas de vuelo, suelen traer consigo toda clase de problemas.
Es, además, necesario disponer de aviones apropiados óptimamente para las tareas características de un vuelo fotográfico, y de medios auxiliares para montar las cámaras según el fin al que se las destine.
Es importante resolver los problemas que trae consigo un vuelo fotográfico, como son: el campo visual limitado, los difíciles accesos a ciertos em- plazamientos, la inestabilidad del instrumento, la inestabilidad del avión, entre los más habituales.
LOS PIES EN LA TIERRA
La navegación del vuelo fotográfico ofrece, ante todo, la posibilidad de fotografiar grandes extensiones sin lagunas ni dificultades mayores.
Muy a menudo realizar una aerofotogrametría implica complicaciones leves, por un lado son breves plazos para recolectar la información -pocos días- además se dan después de periódos de tiempo largos.
Por otra parte la situación meteorológica tiene que ser adecuada, esto obliga a aprovechar al máximo de cada vuelo fotográfico.
Es necesario considerar también que, en casi todas las tareas, existe una fuerte inversión económica.
Entre tanto, una vez traídas las imágenes después de cada vuelo es gratificante -para el Servicio Nacional de Aerofotogrametría- que éstas contribui- ran a generar nuevos conocimientos para Bolivia.
Lo destacable es que el trabajo que realiza esta unidad, independiente a la Fuerza Aérea Boliviana, es conocido y prescindido fuera de las fronteras del Estado y aporta al desarrollo de varios países que pertenecen al continente Latinoamericano.
PROCESO
Del trabajo
Planificación del vuelo
Se planifican los ejes de vuelo de forma tal que se cubra toda la zona de interés. Control del vuelo aerofotogramétrico Se controla que todos los requisitos que hacen al vuelo (nitidez, superposición, etc.) estén bajo las tolerancias establecidas.
Ejecución del apoyo de campo
Es muy importante pues tiene gran significación en la calidad final del trabajo. Se miden los Puntos de Apoyo Aerofotogramétricos (P.A.F.) determinándolos con equipos.
Planificación de aerotriangulación
Densifica la cobertura fotográfica con una serie de puntos fotogramétricos que servirán a la orientación del estereoscópico.
Aerotriangulación
Se lee en un sistema de coordenadas locales cada uno de los puntos de campo y fotogramétricos que intervienen en el modelo.
Cálculo de la aerotriangulación
Se llevan las coordenadas al sistema de campo y se procesan con un programa de ajuste espacial.
Orientación de modelo estereoscopico
Se prepara un mapa digital que va a ser la base de la restitución.
Restitución planialtimétrica
Toda interpretación y volcado de detalles en la cartografía está en directa relación con la escala del vuelo fotográfico. La forma del terreno se representa con curvas de nivel según la equidistancia fijada en el pliego.
Edición
Una vez realizado el levantamiento general del modelo, es controlado, revisado y corregido, mediante software apropiado, por ejemplo Photomodeler.
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