domingo, 11 de diciembre de 2011

Roxana Moyano. Directora saliente del Centro Cultural Simón I. Patiño: «El objetivo fue y es el desarrollo»

- Termina una gestión de ocho años desde la implementación del Centro Cultural Patiño en Santa Cruz, ¿qué retos superó?
- El primer desafío fue establecer una metodología de trabajo en gestión cultural estructurada en ejes, plataformas y procesos de incentivo a la producción artística de acuerdo con las necesidades específicas de la región. Gestionar un proyecto de esta dimensión en este espacio particular requirió una planificación a largo plazo, ya que, establecer una estructura fuerte es el primer paso para un proyecto cultural y artístico.
Hace ocho años la actividad cultural era menor en proporción a la actividad empresarial o social. La región creció de manera alarmante. En estos años el surgimiento de movimientos como el del cómic o la música alternativa o las campañas de lectura, el corredor cultural y la demanda y concienciación de la identidad y la cultura estamos casi, casi poniéndonos al día.
- ¿Qué receptividad encontró en la ciudadanía, en los artistas y en las instituciones?
- Me sentí en casa e incluso alguna vez dije: ‘¿Acaso el camba no nace donde quiere?’. He vivido en esta ciudad con la filosofía de que uno debe aportar y mejorar su hogar. Dejo aquí lo mejor de mí, mi esfuerzo y gratificación por el apoyo que he recibido de artistas, gestores y la gente en general. Tengo especial cariño por don Peter Lewy, Alfonso Cortez y la Cámara del Libro y la Asociación de Profesores de Lenguaje y Literatura por las actividades realizadas en las distintas campañas de lectura y otras acciones en fomento del libro y la lectura. Todos logramos dar un gran paso en la historia de Santa Cruz al conseguir que se declare el Año de Fomento de la Lectura. En este punto valoro la posición de la Alcaldía, que apoyó la iniciativa.
Las exposiciones fueron pilares del centro por dar lugar a las nuevas tecnologías vinculadas con el arte contemporáneo. He tenido la oportunidad de trabajar con artistas jóvenes y de trayectoria del país y del exterior. El trabajo en conjunto con Kiosko ha sido una constante.
Con los consulados trabajamos ciclos dedicados a aproximarnos a las culturas de nuestros vecinos para incentivar el diálogo y la integración. Entre los desafíos recientes, realizar el proyecto Escaparate como plataforma de difusión del arte boliviano ha sido muy gratificante.
- En su gestión fomentó el arte contemporáneo y a jóvenes creadores ¿Por qué?
- Esa línea en particular de fomento y a los jóvenes creadores pasa por una dinámica propia de la ciudad, su identidad en constante construcción y su imaginario social. Tenemos una juventud altamente creativa y productiva buscando y demandando estructuras de apoyo. Experimentamos ese ‘tsunami’ de creatividad con el proyecto Pequeños grandes escritores durante siete años.
Crear una estructura que fortalezca la educación, vinculada al arte y potencializando la creatividad, será el principal desafío de Santa Cruz, ya que está probado que aquellas ciudades/países que priorizan la educación en sus políticas públicas generan procesos de grandes desarrollos.
- ¿Cree que los lineamientos y contenidos de trabajo, cuyos procesos puso en vigencia, deben tener continuidad?
- Cada acción tomada es coherente con una necesidad específica de Santa Cruz, pues el objetivo siempre ha sido, es y será aportar al desarrollo artístico y cultural de la región. La estructura está establecida así como los lineamientos de trabajo. Así que ahora corresponde seguir este camino, nutrirlo y complementarlo.
- ¿Qué reto considera que tiene el Centro Patiño?
- Este centro en particular se ha caracterizado por la vanguardia en sus actividades en todas las áreas de acción. Ese es su principal desafío. Sin embargo, no hemos dejado de valorizar la historia, la identidad y valores locales, por lo tanto corresponde seguir en esa dinámica y, de manera complementaria, colaborar en la reconceptualización que viene pasando Santa Cruz con referencia a los procesos culturales y de identidad. Hay un cambio efervescente y dinámico. Ahora más que nunca regresemos a Otero Reiche: "Yo soy el hombre de selva, perfume, cántico y amor, pero encendido en relámpagos, rugiendo en huracanes, ¡yo soy un río de pie! En nuestra historia está el futuro.

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