domingo, 8 de octubre de 2017

Henry Villca: ‘Barroco; es ahí donde mi corazón late’



El tenor Henry Villca Suntura dará un concierto este 20 de octubre en la iglesia de San Miguel (calle 21 de Calacoto), a las 20.00. Para ello ha preparado un repertorio de música barroca —Cantatas BWV 36 y 61 de Bach y la Sinfonía para Cuerdas Nº 7 de Mendelssohn— junto con el Coro Madrigalista y el Coro Especializado del Conservatorio Plurinacional de Música.

— Como cantante, ¿por qué se especializó en música antigua?

— La música antigua, aquella compuesta e interpretada desde el siglo XIII hasta el siglo XVIII, me fascina. Mi periodo preferido es el Renacimiento y el Barroco; es ahí donde mi corazón late y mi vida tiene sentido. Hay gente que ve hacia el futuro, pero en mi caso, y en el de otros colegas, vamos investigando qué es lo que pasaba en ese momento.

— ¿Cómo se ha preparado para interpretar estas obras?

— Ejecutar la música antigua no es solo practicar los manuscritos. Durante mis dos primeros años estudiando en el Conservatorio de Amsterdam (Países Bajos) pensaba que solo tenía que conocer las notas y cantar o tocar, pero cuando me fui a estudiar a La Haya me di cuenta de que era mucho más. Los intérpretes tenemos que entender el contexto social y cultural, la política y la religión, todos esos elementos son muy influyentes en la música.

— ¿Cómo se inició en el barroco?

— Tuve un concierto en el Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef), hace muchos años, cuando cantaba con un grupo folklórico. Ahí me escuchó Piotr Nawrot, el musicólogo, y me invitó a cantar con Coral Nova. Yo no los conocía, tampoco sabía quién era Ramiro Soriano, su director.

Luego Nawrot me ayudó a conseguir una audición para ser parte del álbum Barroco Boliviano de Chiquitos y Moxos, disco grabado junto al ensamble británico Florilegium. Me eligieron como uno de los solistas y desde ahí mi vida cambió. Grabamos el disco en 2004 y en 2005 nos invitaron a hacer una gira por Europa. Al terminar, fue justamente el director de Florilegium quien me sugirió que cantara profesionalmente; para mí fue como un sopapo, pero uno bueno.

— ¿Qué encuentra ahora, como especialista, en el barroco boliviano?

— La música barroca de las misiones de Moxos y Chiquitos es completamente sacra. Para ellos se trataba de algo divino, con lo que esperaban llegar a los oídos de Dios. Grabé piezas en idioma chiquitano que eran preciosas. El texto es simple: “Yo te tengo a ti, mi Señor, gracias por darme la vida, cómo te amo”. No son salmos, son como conversaciones con Él; con esta lógica se hacían las composiciones. Es música simple pero a la vez bellísima, muy expresiva.

— ¿Qué pasó cuando volvió a Bolivia tras la gira de recitales ‘Barroco Boliviano de Chiquitos y Moxos’?

— Yo no concebía la magnitud del proyecto pero me sirvió mucho, fue parte de mi carta de presentación para hacer audiciones y seguir estudiando. Volví a Bolivia y decidí cantar. Me lancé a Amsterdam en diciembre de 2006, pensando que el año académico empezaba en enero, como aquí. Llegué a la nada, en invierno, y me dijeron que los exámenes eran en mayo y junio. Por un golpe de suerte, alguien que yo conocía en la fundación Príncipe Claus logró conseguirme una audición para entrar a estudiar al Conservatorio de Amsterdam. Después del concierto de dos estudiantes que se graduaban, pasada la medianoche, me escucharon y logré entrar. Aun así, tuve que volver a Bolivia para hacer mis papeles. En 2007 comencé mis estudios formalmente, fue un año muy duro. El shock cultural era muy grande, pasé de vivir en El Alto a estar en la zona más rica de Amsterdam o en un sofá prestado, porque trabajaba para pagar mis estudios y no tenía para pagar un arriendo. Estaba muy lejos de mi familia, no hablaba inglés ni alemán; fue un sueño y a la vez una pesadilla, fue muy triste y bonito a la vez.

— Pero ahora regresa en grande para ofrecer un concierto con Bach de protagonista. ¿En qué consiste su participación en el concierto?

Se están celebrando los 500 años de la reforma de Lutero y puedo decir que casi la totalidad de los textos de la música de Johann Sebastian Bach están basados en la obra de este religioso. Me siento muy honrado y a la vez feliz de que la Embajada de Alemania les dé la oportunidad a músicos bolivianos jóvenes de hacer un repertorio que no se hace frecuentemente. En este caso ambas cantatas son estrenos en el ámbito nacional. También daré un segundo concierto, esta vez como intérprete de la vihuela —instrumento renacentista— aunque aún no tenemos fecha.

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