En una jornada de muchas risas y buen humor, el elenco teatral "Carpediem" presentó la obra titulada "Mi mujer es el plomero 2", la secuela de una obra del mismo título escrita por Hugo Daniel Marcos, que trata sobre la vida complicada de un hombre que perdió a su esposa pero ella reencarna en el cuerpo de un plomero y que luego de dos años reencarnará en otras personas.
Bajo una expectativa interesante de público que se dio cita al Paraninfo Universitario de la Universidad Técnica de Oruro, los actores de "Carpediem" montaron en escena la segunda parte de esta bonita comedia escrita por el dramaturgo argentino, alrededor de ocho personas escenificaron a Cobi y los demás personajes de esta historia.
Milton Ledezma Almendras, director del elenco, señaló que anteriormente ya pusieron en escena la primera parte de "Mi mujer es el plomero", y a pedido del público se decidió alistar para el Solsticio de Invierno la segunda parte de esta comedia.
"Es un enredo total, porque incluso existen personajes nuevos que aparecen con los nombres de los difuntos de la primera parte y ahí es donde se forma toda la trama de la obra", indicó.
La velada también sirvió para promocionar a nuevos valores musicales que intervinieron a mitad de la obra con algunas versiones musicales.
Ledezma indicó que fueron dos presentaciones interesantes que se tuvo en el marco del Solsticio de Invierno, y que para septiembre y octubre prepararán otras obras pero ahora en el género del drama que es una de las principales características de los actores de "Carpediem".
SINOPSIS
La obra "Mi Mujer es el plomero", trata de la vida de Cobin, que perdió su esposa hace un año, por diferentes circunstancias él llama a un plomero para arreglar una fuga de agua, pero él, al electrocutarse con algunos cables, es poseído por el alma de la esposa de Cobin, y gracias a ello se forma toda una serie de enredos en el apartamento donde él vivía con su madre.
En la segunda parte de esta comedia, "Carpediem" muestra cómo a dos años de la muerte de su esposa y un año de la muerte del plomero, Cobin ya está casado y decide deshacerse de su apartamento para olvidarse de todas sus penurias pasadas, pero aparecen dos compradores que llevan los mismos nombres de los difuntos y que también estos reencarnan en los compradores, generándose una serie de enredos amorosos, celos y situaciones disparatadas que mantienen al público con una sonrisa en el rostro de principio a fin.
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