martes, 17 de marzo de 2015

Ganadores Expresarte hacen una residencia



Ganar el Expresarte 2014 fue solo el primer paso, ahora los artistas que compitieron en el certamen de arte contemporáneo desarrollarán nuevos proyectos en una residencia en Sorojchi Tambo, espacio de la Fundación Cinenómada para las Artes.

“No queremos que esta iniciativa (el premio Expresarte) se quede en la entrega del galardón, que surjan las obras y desaparezcan los artistas. Lo que buscamos es que los creadores crezcan, que creen nuevas propuestas de alto nivel de forma constante”, aseguró el curador del certamen y director de Sorojchi Tambo (c. 6 de Obrajes, Rincón Alto), Joaquín Sánchez.

Desde hace una semana, Paola Oña, el colectivo Grafikantes (Indra Coronado y Yhomara Muñoz) y Gabriel Fernández investigan, analizan y trabajan en sus nuevas propuestas y conceptos. Nayra Corzón, quien obtuvo el primer premio, y Natalia González, ganadora del premio especial del jurado, también participan de esta parte del proceso, pero a distancia, ya que no se encuentran actualmente en Bolivia.

Estas nuevas propuestas no tienen que ser, necesariamente, coincidentes con los trabajos que les permitieron acceder a los galardones. Es una “oportunidad para que se vuelvan locos, para que sueñen grandes maravillas y vean cómo concretar las ideas”, aseguró Sánchez.

La convocatoria de la quinta versión del concurso —organizado por el Centro Cultural de España en La Paz (CCELP), el Museo Nacional de Arte y la fundación Cinenómada— giraba en torno al tejido y el dibujo. Este concepto ya no es determinante.

Oña, por ejemplo, que con Grafikantes obtuvo el segundo lugar, está investigando ahora las herramientas que le servirán para integrar la actuación, la performance y el diseño de vestuario en un ensayo sobre la pérdida.

En el caso de Coronado y Muñoz, las integrantes del colectivo, ahora emprenden sus caminos por separado, siendo la propuesta de la primera un análisis de la influencia de la sociedad en la salud y de la segunda, un estudio de la memoria, su pérdida y el trabajo.

Finalmente, Fernández, quien propuso esculturas para no videntes, expande en la escultura el concepto de obras que puedan ser disfrutadas y percibidas con otros sentidos más allá de la vista.

Tanto el concurso como las sucesivas clínicas y residencias artísticas que le sucedieron tienen como objetivo apoyar la profesionalización de los involucrados y ayudarles a darse a conocer. Tanto Marta Revollo, responsable de gestión del Centro Cultural de España en La Paz (CCELP), como Bedoya reconocieron que la principal preocupación, y que originó la iniciativa, es la falta de espacios de formación artística, especialmente para quienes se interesan en lo contemporáneo.

“No hay una estructura formativa adecuada. Las instituciones existentes están en crisis y, generalmente, se limitan a las técnicas clásicas. Esto nos permite abrir un espacio para poder ayudar a estos jóvenes”, sostuvo Bedoya. Por su parte, Sánchez agregó que “cuando uno es joven y recién está comenzando, es muy difícil mostrarse ante el público, no- sotros les damos las herramientas necesarias para ello, para que establezcan nuevas redes”.

La residencia en Sorojchi Tambo tendrá una duración de un mes, hasta el 13 de abril. Pero, en los siguientes meses se continuará en contacto con los curadores. Las obras se presentarán en una exposición que tendrá lugar en el CCELP, en enero o febrero del próximo año. En esa fecha también se lanzará la convocatoria para un nuevo Expresarte.

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