Pasankalla, ispi, fruta, llauchas, galletas, mote, gaseosas y refrescos caseros fueron parte del Mega-Apthapi por La Paz realizado ayer en el frontis del MegaCenter, en Irpavi. La iniciativa ciudadana surgió como un pronunciamiento contra el racismo y la discriminación hacia ciudadanos de El Alto en el centro comercial.
"Esto ha surgido por la discriminación y el racismo que se ha dado en el MegaCenter hacia las personas de El Alto (...). El objetivo es empezar el debate sobre el tema en diferentes ámbitos, sabemos que no podemos acabar con ello con un evento, pero es el inicio” dijo uno de los organizadores, el artista Xavier Pino.
Ser un espacio de encuentro, inclusión e intercambio contra la discriminación fue el objetivo de este evento, que reunió a personas que aportaron con comida. Durante el encuentro acudieron alrededor de 500 personas, según los organizadores.
Centenares de llauchas, aportadas por los administradores de la página Soy Paceño en Facebook, fueron parte de la comida comunitaria y fueron distribuidas rápidamente.
Señoras de pollera, turistas, niños, vecinos de la zona Sur, de El Alto y de otras zonas de La Paz participaron en el Mega-Apthapi y bailaron al ritmo de la Saya Afroboliviana y grupos autóctonos.
La impulsora del evento, Sara Paulina Jáuregui, destacó el afán de compartir de los participantes así como de peatones que se unieron al pasar por el lugar.
"Yo sólo pensé que iban a venir mis amigos y familia, pero la convocatoria en Facebook ha superado mis expectativas, es una fiesta. Se trata, en definitiva, de celebrar juntos nuestras diferencias”, dijo Jáuregui.
Martín Torrico, miembro del Observatorio del Racismo en Bolivia, afirmó que el evento fue una forma de propiciar un encuentro sin ningún tipo de jerarquías.
"El apthapi nos ha servido de pretexto para hermanarnos entre personas de diferentes orígenes sociales, políticos, étnicos y demás (...)”, argumentó.
Torrico añadió que a pesar de algunas amenazas de usuarios en las redes sociales de desvirtuar la reunión no fueron más que afanes de confrontación que se escudan en una cuenta de Facebook o Twitter.
Para los organizadores, luchar contra la discriminación debe surgir en la práctica diaria y no sólo en una ley, en las instituciones o en tratados internacionales.
Desde que inició, se compartieron en las redes sociales fotografías del desarrollo del encuentro, de los aportes, del baile y la música.
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