martes, 30 de diciembre de 2014
El concurso “Música para crecer” desata críticas
Si bien la ganadora fue La Orquesta Sinfónica Urubichá, el mejor premio fue la ovación recibida por el público cruceño, destacó el instructor de la Orquesta Juvenil del Tarija, Beto Martínez, que participó en la final de la segunda versión del Concurso Nacional de Orquestas Juveniles de Bolivia denominado “Música para Crecer”, fomentado por la CAF.
En este evento, las Orquestas Sinfónicas Urubichá y la Juvenil de Tarija se midieron de nuevo en el mismo terreno en el que lo hicieron en 2013. En esa oportunidad fueron los representantes chapacos los que se llevaron el primer premio.
Tras evaluar a las orquestas semifinalistas en sus ciudades de origen, el jurado determinó que las clasificadas fueran en la categoría sinfónica la Orquesta Departamental de Tarija y la Orquesta Juvenil de Urubichá. Entretanto, en la categoría de orquestas de cámara fueron seleccionadas la Filarmónica de Oruro; la Infanto-Juvenil Paz y Bien y la Municipal de Cuerdas, ambas de San José de Chiquitos.
Según Martínez, el elenco tarijeño cumplió con todos los pasos exigidos para ser finalistas como la presentación de un video sobre una determinada obra musical, luego la evaluación de otra obra sinfónica ejecutada por la Orquesta que sorprendió al jurado por la actitud de los ejecutantes, su técnica y la instrucción impartida por los profesores. Sin embargo, para la tercera etapa, que era la presentación en Santa Cruz, las calificaciones fueron bajas “y eso nos molestó mucho, por ejemplo en el tema de afinación, la orquesta mientras estaba siendo evaluada por la comisión del jurado, tenía todo muy bien afinado, lo digo yo como técnico afinador de pianos con 24 años de experiencia”, subrayó.
También recibieron notas bajas en otros criterios de calificación. Además, ya en Santa Cruz las condiciones fueron adversas, les asignaron como alojamiento una villa olímpica con una piscina grande y destinada a atletas para competencias de natación, donde improvisaron cuartos debajo las gradas con camas sucias, insectos, telarañas, baños sin agua, sin puertas y sin un lugar donde ensayar.
Gracias a gestiones de los padres de familia, se pudo superar ese impase, no sin antes amenazar con retirarse del evento.
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