Estos últimos días para Wilfredo Limachi Mamani ('Satori Gigie') no han sido fáciles. Ha tenido que lidiar con los dimes y dirés sobre el plagio de su foto en la que aparece su mamá 'cargando' el Illimani en su carretilla. Pero al margen de eso su mente también ha estado ocupada en la mujer que le robó el corazón, Laura Gabriela Chambi, que por un programa de intercambio se fue a estudiar Comunicación Social a Argentina, donde estuvo internada. Ahora Laura está en Bolivia, al lado de sus seres queridos en Santa Cruz.
- ¿Le has tomado fotos alguna vez?
Hasta ahora no he tenido la oportunidad, pero pronto, pronto verán fotos de ella en mi muro. Ella libre y feliz.
- ¿Cómo la describís?
Ella es la fiel representante de la palabra resistencia; pues sin duda, como a todas las mujeres, la vida la ha tratado mal y ella ha sabido ganarse el respeto y la dignidad sonriendo siempre ante la adversidad. Es difícil verla vencida, como ya dije, se la observa siempre con una sonrisa. Tiene mucha madurez, mucha humanidad, belleza y ese algo que me enamora más cada día; no sé cómo describirlo o explicarlo; vida tal vez.
-¿Cómo se conocieron?
Junto a Laura, decidimos mantener en secreto, tanto el instante, la hora y el lugar donde nos conocimos y cómo nos conocimos. Eso lo reservamos hasta el día en que sencillamente hayamos dado un paso más. Es que nuestras mejores anécdotas se encuentran todavía en el futuro.
- Es verdad que ella se pone un poco celosa del tiempo que pasás en las montañas...
Sí, pero ya hablamos de eso y quedamos en que la amo sólo a ella y no a las montañas.
-¿Muy pronto ella no solo será tu pareja, sino también tu colega?
Sí, estudia Comunicación Social en la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina). Salió con una beca de intercambio desde la Universidad Privada Domingo Savio en Santa Cruz. También tiene conocimientos en fotografía, y experiencia. Es decir, sabe más cosas que yo.
- ¿Cómo le hicieron con la distancia?
Es algo que todavía no habíamos logrado superar, guardaba mucho para ella y sé que ella hace lo mismo para mí. Entonces, paciencia, siempre nos pedimos paciencia. Hay que seguir construyendo este amor; hasta que sea indestructible.
- Ella estuvo internada allá...
Sí, pero no es algo que yo quiera compartir. Son cosas muy personales.
- ¿Cómo le hacen con la diferencia de edad?
Ella tiene 22 y yo 27. “Qué importa la edad”, recuerdo que me dijo la primera vez.
- ¿Qué te enamora de ella?
Su fortaleza, como dije, es difícil verla vencida. Su acento, su voz, su cuerpo; la forma en que reclama por mis procederes, mi actitud y mis errores. Siempre quiere cerciorarse de que yo me sienta bien, esté donde esté o vaya donde vaya, con ella me siento seguro, feliz. Inexplicablemente mi voluntad y la esperanza por mejores días se incrementa cada vez que logro conversar con ella.
- Cualquiera diría que se conocen de toda la vida, pero lo cierto es que están un poco más de un mes en relación...
En ese corto tiempo hemos logrado construir mucho. La ilusión nos ayudó mucho y, por supuesto, lo que tenemos en común. Ambos gustamos de la comida nacional, del cambio en Bolivia, de la búsqueda de la felicidad, del amor por el amor, de la comunicación, la fotografía, la sencillez y el hecho de saber que juntos podemos desarrollarnos mejor ante cualquier circunstancia.
- Cuándo se verán, porque ella está en Santa Cruz?
Pronto.
- Y ya han hechos las respectivas presentaciones con sus familias?
Todavía no conocemos a nuestras familias. Pero si, algo por las redes porque nuestra relación en Facebook es pública y al comentar o escribirnos, pueden verlo sus tíos y mis hermanas, también su querida mamá.
- ¿Y has pensado cómo querés que sea la presentación?
Espero que sea en un parque o algo, no en nuestras casas o eventos familiares.
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