El VII Festival Internacional de Teatro de La Paz (Fitaz), inaugurado el 23 de marzo, concluirá el 4 de abril. En general, la evaluación es positiva, sobre todo porque se ha promocionado el teatro nacional y se está formando público.
Para la directora general del Fitaz, Maritza Wilde, la primera semana del festival ha dejado un saldo positivo. Para esto, ella considera que la calidad de las obras es un factor importante, pues desde la primera presentación (Aparapita del grupo de David Mondacca), pasando por la de Brasil (No Pirex, del grupo Armatroux) o la del Teatro de Los Andes (Hamlet), por citar sólo unos ejemplos, se concitó el interés del público en el escenario principal.
“Y los grupos pequeños, que actuaron en el Teatro de Cámara, la Casa de las Culturas y los demás escenarios alternativos también aportaron al éxito del festival”, afirma Wilde.
Entre los aspectos negativos, la directora considera que la impuntualidad del público es uno de ellos, pero, justifica esto con el caos vehicular de la ciudad de La Paz, incrementado por los constantes bloqueos.
Mabel Franco, periodista y crítica, cree que no solo se trata de impuntualidad, sino de falta de público en algunos escenarios como el de la Casa de las Culturas. Franco cree que esto puede deberse a la falta de promoción de las obras que no están en el Teatro Municipal. “El pasado fin de semana las cortinas metálicas (de la Casa de las Culturas) estaban cerradas y no había ningún letrero anunciando las obras”.
Wilde indica que efectivamente hubo ese problema por una supuesta disposición edil que no permite subir las cortinas los fines de semana, sin embargo asegura que las autoridades y ella tomarán los recaudos necesarios para que esto no se repita.
Algo que destaca la directora del Fitaz es que “este año hay más grupos nacionales que del exterior. En anteriores versiones, en promedio, teníamos 14 presentaciones internacionales, y este año sólo hay seis, y más de 30 bolivianas”, asegura con satisfacción.
Justamente los organizadores quisieron darle esa característica al Fitaz 2012, promocionando más el teatro nacional. Pero eso implica cierto riesgo con el público, según Wilde, pues algunos ya han visto las obras o piensan que luego las podrán ver. “Pero, en líneas generales, estamos contentos con el desarrollo que está teniendo el festival”, concluye.
Paola Oña, actriz que este año está encargada de los eventos especiales, paralelos a las presentaciones de obras, destaca la inauguración de la escuela de espectadores, cuya primera sesión tuvo muchos asistentes y fue dirigida por Omar Rocha, docente de la Carrera de Literatura de la UMSA.
Autoridades de la Oficialía Mayor de Culturas indican que la ciudad “respira teatro” y que uno de los puntos fuertes del Fitaz es el espacio para los niños (en el 6 de Agosto), donde han acudido cursos de colegios privados y públicos.
Para el crítico Ricardo Bajo, es un Fitaz “muy exitoso en asistencia de público, porque hay gente que sólo va al teatro cuando llega el festival”.
Eso tiene una parte buena y otra mala, pero él quiere quedarse con lo positivo: “poco a poco, el Fitaz está consiguiendo crear un público de teatro”.
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