La sencillez de la naturaleza y la simetría del urbanismo, son temas que se plantean en la exposición del artista Miguel Flores Sempértegui, cuyas obras permiten admirar la creación de Dios y del hombre, en una técnica pocas veces apreciada como es la acuarela. La exposición fue inaugurada ayer en ambientes del salón del Museo "Simón Iturri Patiño".
El artista, consideró que era propio poner más atención en aquellos lugares en los que pocas veces uno se detiene a admirar, especialmente en los viajes, donde hay contacto con la naturaleza, al aire libre, pero este tiempo no es aprovechado desde la óptica del artista plástico.
En cambio los edificios y las calles por las que uno transita constantemente, es algo que está al alcance, pero de igual forma no es admirado, ni apreciado en su creación, por falta de tiempo u otros aspectos pues el cotidiano vivir enceguece al citadino, por tanto el artista se vio en la necesidad de mostrar a su público los detalles de una ciudad.
Pero también lo hizo reflexionar respecto a la belleza que uno puede encontrar en la naturaleza y la magnificencia de estructuras edificadas por el hombre en la época republicana y que actualmente son un patrimonio que se deteriora por las inclemencias del tiempo.
El artista presentó una colección completa que fue trabajada a lo largo de 20 años y en su mayoría permanecieron en el anonimato, ya que la profesión que ejerce como ingeniero civil, lo mantenía ocupado. Ya en los años 70’s, el artista realizó exposiciones colectivas con sus colegas contemporáneos, obteniendo premios.
Para el expositor la técnica de la acuarela es una de las más difíciles, pero con ella se pueden crear matices diferentes y admirables a simple vista, pero son pocos los artistas que dominan la técnica.
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