Cuando Diego Revollo tenía cinco años se convirtió en Peter Pan. Sucedió en Carnaval, en una obra de teatro que su colegio organizó para el corso infantil orureño. Encarnar al personaje creado por James Matthew Barrie fue más que una travesura o un pasatiempo, le ayudó a descubrir su vocación: ser artista y deleitarse con el aplauso del público.
Así lo rememora dos décadas después este joven alto, delgado y de ojos vivaces. “Me vinculé a las artes a través del teatro; me fui de intercambio a Francia, en mi época de estudiante. Allí tomé cursos de actuación y a mi retorno participé del taller de David Mondacca y de la actriz María Teresa Dal Pero”, explica el hoy actor de teatro, cine y licenciado en Cinematografía.
Pero tuvo que superar una prueba más para caminar por el sendero de su destino. Aconteció a sus 18 años, tras salir bachiller, cuando motivado por satisfacer a sus padres se inscribió en la carrera de Ingeniería de Telecomunicaciones, también impulsado por su habilidad en las ciencias exactas en la época escolar. Duró un semestre. Al final, su pasión pudo más.
Habló con sus progenitores y consiguió matricularse en la Universidad Católica. Allí produjo siete cortometrajes y un largometraje colectivo, Menos 14 en marzo, en puertas de estrenarse en marzo de este año. En su carrera actuó en el filme boliviano Casting, fue extra y asistente de dirección en los filmes boliviano-españoles Y también la lluvia y Tormenta negra.
Ahora, Diego se ha internado en un nuevo desafío: la televisión, como conductor de Programas Inteligentes Con Adolescentes (PICA), proyecto de la cadena de noticias holandesa Kids News Network. Allí interpreta a Teco, personaje inspirado en la onda retro, vintage, hippster, nerd, cool; el “hermano mayor” de los adolescentes a quienes va dirigido este programa.
Más allá de lo histriónico, tiene un gusto especial por las lenguas y por aprender idiomas. Por el momento habla inglés y francés. “Aunque estudié en el Alemán, no me desenvuelvo bien en este idioma y quiero aprenderlo, como el portugués . Me motiva conocer culturas y la lengua es la herramienta con la que nos introducimos en las cosmovisiones de ellas”.
Se define hogareño, siempre al lado de su esposa e hija. En el horizonte, este joven que no olvida haber trabajado en el videoarte Contemplar no es sufrir del director Rodrigo Bellot, alista su ópera prima individual tras cámaras: El hijo del tiempo, que espera estrenar en 2014. Tras dos décadas, Diego se ha convertido en un Peter Pan para el que no existe un “nunca jamás”.
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