martes, 4 de agosto de 2015
Exponen “La feliz muerte del arte”
“La feliz muerte del arte” es el título de la nueva exposición colectiva que inaugurará Artespacio, galería de arte de CAF –banco de desarrollo de América Latina- hoy a las 19.00. La muestra reúne trabajos de Pop Art que expresan “el cambio de paradigma” del arte moderno al contemporáneo desde la óptica boliviana.
José Bedoya Sáenz, artista, crítico de arte y curador invitado de la muestra afirma que el POP Art, completa todas las posibilidades de representación de la realidad, aproximándose de tal manera a la misma que diluye el límite entre el arte y las expresiones de la cultura popular, los medios de comunicación masiva y la producción de imágenes de la economía de consumo “en sus expresiones más banales”.
En la exhibición colectiva participarán ocho destacados artistas: Ligia de Andrea, José Ballivián, Galo Coca, Isabel Garrón, Maquiamelo Oleamaiuqan, Joaquín Sánchez, Roberto Unterladsetter y Roberto Valcárcel. “Se tendrán en exposición 17 obras que van desde la fotografía, la pintura, objetos creados, esculturas hasta la poesía”, detalló Bedoya.
Una particularidad de la muestra es que los artistas expresan el Arte Pop bajo dos líneas de propuesta. La primera incluye piezas de artistas que ligan su trabajo a nuestra escena y reflexionan sobre el movimiento original del Pop americano, mientras que la segunda parte se ocupa del contexto local, a partir de las culturas urbanas sin emular el origen.
“Es conocida la anécdota del filósofo y crítico Arthur Coleman Danto, según la cual un día al ingresar en una galería de arte tuvo la impresión de que entraba en un supermercado lleno de cajas de esponjas de marca Brillo. Al conocer que en realidad se trataba de obras de arte, hechas por el artista Andy Warhol, Danto tuvo la visión de que algo había cambiado definitivamente y que toda la batería conceptual referida al arte, acuñada por la cultura occidental desde los filósofos clásicos, el renacimiento y los teóricos modernos resultaría insuficiente para leer lo que vendría después…el arte había muerto”, relató Bedoya.
Según el curador, Bolivia vivió el Arte Pop desde 1980 cuando el destacado artista contemporáneo, Roberto Valcárcel, recorría las calles de la ciudad de La Paz con un sello de goma que aplicaba a todo lo que podía con la inscripción “El arte no ha muerto”.
La propuesta de Valcárcel fue clave, en su momento, para el cambio del paradigma en el país. En sus obras se puede encontrar un acercamiento a la estética del consumo popular y el rechazo a la individualidad del artista “genio”, aspectos marcados por el Pop.
“La muerte de la que hablaba Danto era “una muerte feliz”, pues el arte habría muerto de éxito, cumpliendo todas sus aspiraciones y nace a un nuevo cuerpo de obra que se liga más a la vida y deja diluirse en ella”, reflexiona Bedoya.
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