Piezas legendarias como el vals de La Bella Durmiente, de Piotr Ilich Tchaikovsky, y las danzas húngaras de Johannes Brahms cobrarán vida en los instrumentos de los 70 músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional, en dos conciertos. El elenco, al mando del maestro Mauricio Otazo, se presentará mañana y el jueves, a las 20:00, en el Centro Sinfónico Nacional (Calle Ayacucho, 366).
El espectáculo fue bautizado como Romance: Valses y danzas del mundo. "Después de un breve descanso, la Orquesta Sinfónica Nacional regresa con su séptima temporada que ofrece un repertorio de música de danzas clásicas. Será una gran oportunidad para el público para escuchar obras que normalmente no se escuchan sueltas, por ejemplo, un vals de un ballet”, dijo Otazo.
Según el maestro, se seleccionó obras que generalmente no se incluyen en el repertorio de la Sinfónica. "Se ha elegido valses de Tchaikovsky e Johann Strauss”, dijo. Entre los temas seleccionados están las Danzas Húngaras N° 1 y N° 5, de Johannes Brahms; el vals de La Bella Durmiente y El lago de los cisnes, de Tchaikovsky.
A lista se suman el Vals del Emperador, de Johann Strauss; Danzón N° 2, de Arturo Márquez y Mambo, de Leonard Bernstein. También se tocarán las piezas Invitación a la Danza, de Carl Maria von Weber y Danza del Sable, de Aram Khachaturian. "Además, se ha incorporado Antonin Dvorak, que hace mucho no se interpretaron en Bolivia y que son realmente obras conocidas”, aseguró.
En el repertorio se ha incluido también La danza macabra, de Saint Saens, que según Otazo, es poco conocida.
Otazo dijo que la Sinfónica tocará por primera vez varias de las composiciones. "Para la Sinfónica, será un gusto tocar este tipo de obras, que son realmente bellas y fresca”, aseveró.
Las entradas costarán 60, 80 y 100 bolivianos. Los boletos se venderán en las boleterías del Centro Sinfónico Nacional.
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