Conozca a Rafael Velasco, el famoso Pipo, humorista gráfico que desde hace 25 años publica sus caricaturas en dos secciones del diario Los Tiempos y que recientemente publicó un libro de cuentos. Es autodidacta y ha dibujado a su personaje más popular, el “Avernoy”, en época de dictaduras y en democracia.
OH! ¿Qué le impulsó a escribir este libro?
Tenía el deseo de contar esas historias. Mi madre como toda buena beniana, tenía el sentido de la narración, le gustaba contar las tradiciones del oriente boliviano y recuerdo muchas de ellas, algunas no son ciertas o no son de ella, y las quería poner en el libro para que se perpetúen en la memoria de mi hijos y nietos. El libro se puede leer de principio a fin, de adelante a tras o al revés, lo importante es leerlo completo.
OH! ¿Cuándo comenzó a dibujar?
Yo soy autodidacta, nunca estudié dibujo, simplemente comencé a dibujar. Puedo decir que comencé en la escuela, ahí ya hacía unos cuadernillos de historietas, pero el humor comencé a ejercerlo desde que estoy en Los Tiempos.
OH! ¿Sólo publica en Los Tiempos?
Sí, me adoptaron ahí y sigo siendo parte de la familia de Los Tiempos. Todos los días dejo dos caricaturas, una para la sección Editorial y otra para la 7 de Clasificados.
OH! ¿Alguna vez ha tenido algún problema por su tipo de humor?
Ninguno. Tampoco he sido censurado, en ese aspecto no hubo nada.
OH! ¿Cuántos periódicos lee al día?
Más o menos tres por internet. Pero fundamentalmente Los Tiempos es mi fuente de trabajo; debo estar perfectamente informado.
OH! ¿Cree que el humor es peligroso?
Sí, sobre todo para la gente que no entiende de ironía, porque el humor es básicamente ironía y en política se utiliza muchísimo. Todo aquel que no tiene sentido de humor y es intolerante, reaccionará violentamente, como sucedió en Francia con el semanario Charlie Hebdo.
OH! ¿Cómo nació el 'Avernoy'?
No se inspira en nadie en particular, pero cuando nació la idea de hacer un personaje para la página 7, porque comenzamos ahí, buscábamos un personaje que sea un pillo, comenzamos a esbozar y salió el Avernoy que ya tiene carta de ciudadanía en Cochabamba.
OH! ¿Cómo nació la invitación para trabajar en Los Tiempos?
A través de una idea de Jorge Suárez, uno de los periodistas y poetas más brillantes de su tiempo. Me visitó hace 25 años y me propuso hacer una página de humor en lo que él llamaba “ese bodoque”, denominado Clasificados, para amenizarlo y darle otra visión. Yo acepté y comenzamos a trabajar, con la “seguridad” de que no iba a durar mucho tiempo. Le auguramos poca vida y en el camino fueron saliendo algunos que formaban parte del staff, por propuestas de trabajo en otros diarios y otras razones y quedé solo, pero he seguido en la pelea.
OH! ¿Continúa solo?
Sí, casi siempre he trabajado solo. Solo trabajamos en equipo el primer año o año y medio de la página.
OH! En estos 25 años ¿cuáles son los temas que quedan más grabados en su memoria?
Para mí el humor es una especie de terapia, uno se desahoga de los problemas creados por la política y la violencia que cada día son noticia. Cuando dibujo, me desahogo y es un relax.
Hay muchos temas agradables que recuerdo, he tenido muchos buenos comentarios de los fans del 'Avernoy'.
OH! ¿Cuál es el gobierno qué más humor le ha hecho producir?
Increíblemente fue la época de Banzer, en la dictadura. Nuestro dictador de pequeño tamaño se presentaba siempre parado en un banquito. Pese a que era una dictadura que se tornó violenta, nunca hemos recibido ni la más mínima amenaza. Los primeros años del gobierno de Evo Morales hubo temor, porque se rumoreaba que todo aquel que se oponga iba a ser “sacudido”, pero tal cosa no ha ocurrido.
OH! ¿Cree que hay libertad de expresión en Bolivia?
Creo que es relativa la libertad de expresión, creo que hay más autocensura entre los periodistas. Tienen más cuidado del que deberían tener, cuidan más sus espaldas de lo que deberían.
OH! ¿Hay algún periodista que admire?
Me gustaba mucho Alfredo Medrano, que además de gran amigo mío, era muy buen periodista.
OH! Y ¿caricaturistas?
Hay varios, pero el que más me gusta y no ha podido hacer patria en su país es Moisés Anturiano, que no sé si estará en Cochabamba, pero ha vivido mucho tiempo en España.
OH! ¿Se puede vivir de la caricatura?
Hay que tener la misma suerte que un escritor, algunos sí viven de su producción literaria y otros no pueden. Los que logran vivir de esto son un porcentaje muy reducido.
OH! ¿Ha tenido formación en otra área?
En mis épocas no había internet, entonces cada semana nos nutríamos con la producción de historietas argentinas y chilenas. Llegaban entre 20 y 30 por semana. Entre ellas había algunas de humor como Pobre Diablo. Yo leía esas revistas porque eran muy interesantes, tanto en el aspecto del dibujo como del humor, porque una cosa es ser buen dibujante y otra es ser buen humorista. Cuando se complementan esas dos virtudes es un éxito. Nosotros tratamos de copiar los estilos y formas durante muchos años. Vi televisión por primera vez cuando bordeaba los 40 años. Para entonces ya estaba formado con estas revistas.
OH! ¿Hasta cuándo piensa dibujar?
Haciendo humor hasta que muera y dibujando hasta
que las facultades me lo permitan.
Perfil
RAFAEL VELASCO
Dice que vive aislado pero cada día lee toda la prensa que puede y entrega 2 caricaturas a Los Tiempos, el único diario para el que ha dibujado desde hace 25 años.
Rafael Velasco, alias el Pipo, nació en La Paz, y vive en Cochabamba desde hace 72 años. Publicó su primer libro, “Puerto socorro”, a fines del año pasado junto al grupo editorial Quipus. En el mismo narra la historia de su familia, entre cuentos mezcla de ficción y autobiografía. En esta su primera novela relata las historias que escuchó sobre el Beni de la época del auge de la goma, mostrando “un universo de memorias que no debe ser olvidado”.
“Yo no soy beniano pero de ahí es toda la familia de mi madre. Es el único libro que he escrito”, dice el Pipo.
“Desde que tengo uso de razón, la gente me llama Pipo, el 99 por ciento de la gente me dice Pipo y ese 99 por ciento no sabe mi nombre (ríe); hasta a mi madre le sonaba extraño cuando preguntaban por Rafael, que en realidad es mi nombre”, dice.
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