Hilda Arévalo y Cristian Antoine hablan acerca del rol que se debe cumplir para mejorar la cultura.
Ambos son periodistas, mas están especializados con estudios de posgrado en el área cultural. Hilda Arévalo, magíster en Gestión Educativa y Cultural, y docente en la Universidad de Valparaíso. Cristian Antoine, doctor en Ciencias del Periodismo, docente e investigador en la Universidad de Santiago de Chile (Usach).
Están invitados como participantes en el Encuentro Boliviano de Gestores Culturales que se desarrolla, hasta hoy, en el Museo de Etnografía y Folclore.
LAS EXPOSICIONES. “Cultura y desarrollo humano en el Mercosur”, la disertación de Arévalo, versó acerca del cómo en nuestras sociedades la cultura ha ido instalando sus voces, requiriendo una presencia de actores sociales que demanda nuestra sociedad. La de Antoine, “Escenarios institucionales, estrategias y enfoques metodológicos en la evaluación de políticas públicas en cultura: la experiencia chilena en perspectiva”, propuso tres ejemplos sobre casos en Chile.
GENERACIÓN DE UNA POLÍTICA CULTURAL. En el caso chileno, ya se han implementado muchas políticas que consideran la participación ciudadana, explica Arévalo. “El gestor cultural, como mediador, debe plantear una buena metodología de animación sociocultural multidisciplinaria para ejecutar sus proyectos”.
La gestión va más allá de la producción artística. El especialista debe diseñar un proyecto que responda a la inquietud de las personas, planificar una acción y lograrlo. “La cultura hace una transversalidad en toda la política chilena. Incluso el presidente Piñera dictó en 2010 una ley sobre participación ciudadana, donde el gestor cultural entra como mediador y debe controlar el trabajo del Estado”.
DIFUSIÓN DE LOS ESTUDIOS. Es un problema que no sólo afecta a los gestores culturales. “Hay una dificultad muy presente en la formulación de las políticas públicas que tiene que ver con que los insumos que utiliza el planificador para hacer sus diagnósticos no siempre están al alcance de los ciudadanos”, refiere Antoine.
El especialista dice que la obligación del gestor cultural es “dotarse de los elementos de conocimiento que le permitan interpretar las decisiones que el Estado toma”. El gestor cultural ya no puede improvisar, ya no depende de su intuición o de su talento. “Esta es una disciplina muy ligada con las Ciencias Sociales”.
LA SITUACIÓN EN BOLIVIA. Para Arévalo, el país está en un proceso. “La realidad es muy cambiante y uno tiene que ir adaptándose. Creo que existe muchísima avidez por el perfeccionamiento, por la capacitación. Fui profesora en muchas partes de Bolivia y me encontré siempre con personas que están ansiosas por adquirir más conocimientos”.
Antoine señala que cuando se trata de políticas culturales, suele dividir el tema en tres segmentos: ”¿Qué hace el Estado boliviano para generar las leyes que el sector cultural necesita? ¿Qué para los recursos? ¿Y qué para la infraestructura? Se están generando leyes en el Gobierno, pero me quedo con la impresión que el aspecto menos resuelto es el de la infraestructura”.
20 exposiciones cierran hoy el encuentro de gestores culturales, a partir de las 09.00.
“Las personas -ahora- ya no están pensando solamente en los ingresos económicos, sino que también tienen otras necesidades: el acceso a la cultura, a las manifestaciones artísticas”.
Hilda Arévalo / MAGÍSTER EN GESTIÓN CULTURAL
“Las personas dicen -muy sueltas de cuerpo- que no hay políticas culturales, pero quizás usted no las sepa. El Estado no te va a decir, como particular, qué está haciendo”.
Cristian Antoine / DOCTOR EN PERIODISMO
EL PATRIMONIO INMATERIAL DEBE SER PRESERVADO. Hilda Arévalo considera que en Bolivia hay una riqueza innegable en patrimonio inmaterial: todo lo que son las danzas, las tradiciones, y cómo las mantienen. “Ese es un ejemplo que todos los demás tenemos que aprender: esta preservación de la memoria colectiva”. Asimismo ve una gran cantidad de capital cultural y artístico.
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