Rodrigo Delgadillo, de Pixel Estudios y guionista del documental “Los fantasmas del Teatro”, sirvió de guía a más de 50 personas (entre adultos y niños) que se sorprendieron con datos curiosos, aunque no confirmados científicamente, como que la zona donde está construido este teatro, antes iglesia y convento de la orden San Agustín, haya sido un cementerio, o que los restos de Gerónimo de Osorio sean los que se exhiben en una urna, o que durante las dictaduras se hayan ejecutado torturas y muertes en una pequeña sala.
Instituto Laredo
Luego de esta visita, el público pudo apreciar un concierto ofrecido por la Orquesta Sinfónica Juvenil del Instituto Eduardo Laredo, integrada por 55 estudiantes que interpretaron dos oberturas, una de Beethoven, “Coriolano”, y la otra de la zarzuela “La boda de Luis Alonso”, del compositor Gerónimo Jiménez.
Previamente, el Coro Juvenil Polifónico, que está conformado por 80 personas y el Coro de Niños Cantores del Valle, compuesto por unos 60 estudiantes, ambos del instituto, interpretaron junto a la orquesta el Himno a Cochabamba y luego el Himno al Instituto Laredo.
“Aprovechando la presencia del compositor Agustín Fernández, que radica en Inglaterra y está aquí, se le va hacer un reconocimiento”, dijo anoche el maestro Augusto Guzmán, director de la orquesta y de los coros, poco antes de iniciar esta velada.
El maestro Guzmán volvió a subirse al escenario del Teatro Achá para dirigir después de ocho años.
“Estuve en una de las reuniones que se hizo con artistas y lastimosamente no se ha dado solución al tema del escenario, porque si bien el declive era exagerado de todos modos debe haber un declive y deben poner el correcto. Yo pienso que este tema sí hay que resolverlo a futuro”, dijo Guzmán sobre la nivelación que se hizo del escenario, como parte de los arreglos hechos entre los años 2014 y 2015, que luego fueron observados y paralizados.
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