lunes, 18 de abril de 2016
Stam, Vargas y la Sinfónica ofrecen un concierto de chelo
El violonchelista canadiense Willem Stam, la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) y el director Eduardo Vargas ofrecerán un concierto con obras de Dvorák y Schumann, el miércoles y el jueves a las 20.00 en el centro Sinfónico Nacional (c. Ayacucho).
Vargas, un músico boliviano con amplia experiencia en EEUU, también es violonchelista, por lo que se encuentra “muy feliz poder ofrecer un repertorio que demuestra que este instrumento tiene muchas cualidades líricas y expresivas, gracias a su sonido brillante y con un registro muy amplio”.
En la primera parte del concierto —titulado Enigmas, porque ofrece una música que en su tiempo invitaba a plantearse nuevas reflexiones sobre la realidad— sonará el Concierto para violonchelo y orquesta en Si menor del checo Antonín Dvořák, que “es la obra más importante que se ha escrito nunca para este instrumento porque aprovecha magistralmente todas sus posibilidades”. En la segunda parte se ofrecerá la Sinfonía N° 3 “Renana”, del francés Robert Schumann, un compositor lírico, pasional y profundo, muy buen exponente del estilo romántico.
Stam es uno de los violonchelistas europeos más reconocidos en la actualidad. Comenzó como profesional en Canadá, pero poco más tarde se instaló en Holanda, donde ha desarrollado toda su carrera. Toca en importantes grupos de música antigua, con los que viaja por todo el mundo, y ya ha visitado varias veces Bolivia para interpretar conciertos de cámara, dirigir a la orquesta Bolivia Clásica y facilitar talleres a sus músicos.
Además que por la gran experiencia que acumula a pesar de ser un músico joven, Stam es reconocido en el circuito internacional por su versatilidad, ya que se dedica a muchos estilos, tanto de música clásica como contemporánea.
El violonchelo quizás no sea un instrumento muy conocido por los oyentes porque no suelen programarse muchos conciertos que lo tengan como solista. Pero sí existen obras que, como las que se escucharán en estas dos sesiones, merecen la pena: “yo diría que, junto al violín y el piano, el chelo es uno de los tres instrumentos principales para los que se escriben y se han escrito conciertos, especialmente el siglo XIX”, dice Vargas. Y la razón estaría en que “tiene un sonido brillante con un registro muy amplio y que, por ejemplo, se asocia muy bien con un tenor o un barítono, por lo que es un instrumento importante en las óperas”.
El director espera que los jóvenes acudan al Centro Sinfónico porque en los últimos años el chelo se ha vuelto más conocido por el público en general en gran parte gracias a que varios intérpretes de música popular —sobre todo el exitoso grupo new age estadounidense The Piano Guys— le han dado un papel importante en sus composiciones. De hecho, Vargas, que imparte clases de este instrumento en Cochabamba, ve que en los conservatorios los alumnos le prestan ahora mayor atención.
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