El año que finaliza fue una grata experiencia para José Ballivián, el artista contemporáneo paceño que hace un par de semanas resultó ganador en tres categorías del XXVI Concurso Municipal de Video Amalia Gallardo, de la ciudad de La Paz, con el videoarte Procesión y que además tuvo la oportunidad de realizar dos residencias artísticas, la de Materia Gris, en La Paz; y en la galería Panal 361, de Argentina.
“Fue mi primera incursión en este certamen, y pues, me alegra que el videoarte se esté abriendo paso en este tipo de formatos”, dijo Ballivián sobre los premios del Amalia Gallardo, en los que su audiovisual triunfó en la categoría ficción, fotografía y guion.
Procesión, en los tres minutos de duración, muestra una chola empujando un taxi en una carretera paceña; sobre el techo del taxi yace el cuerpo de un hombre.
“En la residencia en Materia Gris, produje una serie de piezas, entre esculturas, foto performance, textil y un videoarte, que es Procesión. Esta serie es la continuación de lo que vengo trabando hace rato, que es el tema de lo mestizo, lo popular, lo cholo, el choque de culturas”, explicó.
Otra mirada al arte
Ballivián hizo también, en 2007 y 2012, la residencia artística en la galería Kiosko, de Santa Cruz, que junto con la de Materia Gris son las únicas del país. “Ambas son plataformas muy importantes para el desarrollo y entendimiento del arte contemporáneo nacional e internacional”, recalcó Ballivián.
Manifestó que su estadía en Argentina este año, en Panal 361, fue un disfrute cultural.
“Buenos Aires tiene la cultura de producir y consumir arte, pues existen instituciones que se dedican a formar artistas con visión contemporánea”, indicó.
Ballivián observó también la gran cantidad de artistas que existe en Argentina, lo que hace que sea una escena bastante competitiva, mientras que en nuestro país la realidad es otra.
“Tenemos un puñado de artistas contemporáneos, pero comprometidos hasta los huesos con el arte -autodidactas y no autodidactas- que a lo largo de los años llegaron a construir una escena contemporánea boliviana, con subidas y bajadas, como en todo fenómeno de estas características”, puntualizó.
Los trabajos de Ballivián en el dibujo contemporáneo se vienen destacando estos últimos años. “Con el dibujo he logrado tener mucho más disciplina, de cierta forma. Los dibujantes sabrán a qué me refiero, ya que dibujar te exige demasiadas horas de trabajo. En mi caso, en ocasiones dibujo hasta 14 horas por día”.
Ballivián agregó que el dibujo contemporáneo no está en su mejor momento, a pesar del trabajo de artistas de trayectoria que continúan haciéndolo, pero señala que no hay renovación e incluso existe cierto rechazo hacia el dibujo por parte de la nueva generación de artistas
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