Uno de los 20 payasos con certificado de competencia en Cochabamba, Bombilla Sopay Pilla (nombre artístico), advirtió sobre la presencia de personas inescrupulosas que están lucrando con un oficio "con el que se nace".
Israel Aguilar, quien da vida a Bombilla Sopay Pilla, recomendó a la población que antes de contratar a un payaso, le exijan su certificado de competencia y su carnet de identidad. De lo contrario, las consecuencias son múltiples.
Supuestamente hay personas, en su mayoría jóvenes, que sin poseer un mínimo de experiencia en el rubro, animan acontecimientos sociales a costos bajos y en vez de alegrar a los niños terminan -en el peor de los casos- dañando su integridad física.
Aguilar recepcionó denuncias contra algunos payasos que se presentaron a las fiestas infantiles en estado de ebriedad e incluso agredieron física o sexualmente a los menores de edad.
Esta "denigración de la profesión" pone en alerta a los payasos pioneros de Cochabamba, que ante la ausencia de una norma que regule el oficio, sugieren a la población que denuncie a estas personas.
"Ahora cualquiera se viste de payaso, hasta para vender globos", objetó Aguilar, a tiempo de agregar que ejercer ese oficio implica, entre otras cosas, dedicación.
En su caso, Aguilar dijo que se prepara hasta con tres meses de antelación para animar los acontecimientos sociales donde lo contratan.
Aguilar recomendó a las nuevas generaciones de payasos que no descuiden detalles como la higiene, que mantengan cuidado su atuendo e inviertan en él.
"La peluca debe estar peinada, los zapatos tienen que llamar la atención de la gente (...)", describió.
Un espectáculo que él ofrece alcanza hasta los mil bolivianos, pero incluye desde un show de magia, hasta decoración, amplificación y otros.
Los payasos "timadores" cobran hasta 50 bolivianos la hora, sin embargo su espectáculo no es garantizado, alertó el payasito.
Bombilla Sopay Pilla dijo que se nace con el oficio de payaso, pues hay que tener elegancia al momento de hacer chistes, elevar el autoestima de los niños y alegrar a los adultos sin caer en el morbo, la agresión psicológica o discriminación (cuando les dicen gorditos, feitos u otras características del cumpleañero o los invitados).
SU TRAYECTORIA Bombilla Sopay Pilla nació en La Paz, pero radica en Cochabamba hace 25 años.
Cuenta que tiene clientes tan antiguos como él y esto se debe a que cada espectáculo es único. Por ejemplo, recientemente animó a niños con discapacidad visual.
Confiesa que fue un reto porque "el chiste solo tenía que entrar por las orejas".
Denuncias de casos de abusos sexuales
Para hacer referencia a casos de abusos sexuales cometidos por personas que animan fiestas infantiles en Cochabamba, basta con remitirse a junio de esta gestión.
Ese mes una menor de edad fue raptada de su unidad educativa por un payaso.
Según el relato de la víctima, el payaso de 34 años de edad la interceptó cuando ella salía de su escuela y luego la llevó a su domicilio, donde la obligó a mantener relaciones sexuales.
Un análisis forense confirmó el vejamen, aunque el payaso justificó que era una relación consensuada.
MÁS CASOS Otro caso similar se dio en Santa Cruz, hace cinco años.
En ese entonces, dos payasos que trabajaban en el circo Mágico del Oriente, invitaron un refresco, que contenía un somnífero, a una muchacha de 20 años de edad.
Cuando la joven quedó inconsciente, los animadores de fiestas infantiles la trasladaron a un templo que para entonces estaba en construcción (zona de El Mechero) y abusaron sexualmente de ella.
Los tres payasos implicados en los dos casos descritos están recluidos.
Al respecto, el director del Festival de Tonys y Payasos, Pablo Pérez -conocido como Pochito en el ámbito artístico- dijo que hay payasos que nacen y otros que se hacen.
Por tanto, hay gente que solo se camufla en el traje para lucrar o satisfacer sus instintos. Por eso, recomendó a la población tomar los recaudos necesarios antes de dejar entrar a su casa a un desconocido.
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