lunes, 6 de julio de 2015

Un tesoro en la Cancillería

El mejor piano del país se encuentra en el Salón Tiwanaku de la Cancillería boliviana. Se trata de un modelo de concierto Bösendorfer 225, que fue donado por la Corporación Andina de Fomento (CAF) en diciembre de 2000. En aquellos años, el instrumento estaba valuado en más de 100 mil dólares y ahora vale casi el doble.
"Todos los músicos opinamos que es un piano muy valioso”, afirmó el maestro Ramiro Soriano. Bösendorfer es una marca muy importante y famosa en el mundo, además se trata de uno de los fabricantes más antiguos.
La compañía fue fundada en Viena, Austria, en 1828 por Ignaz Bösendorfer. Su hijo Ludwig la heredó y gracias a su trabajo la marca adquirió mayor reconocimiento. Actualmente la empresa forma parte del grupo japonés Yamaha, que la adquirió en 2008.
La fama de estos instrumentos se debe al compositor y pianista Franz Liszt, quien era famoso por romper pianos en sus conciertos. Los Bösendorfer eran los únicos que soportaban la intensidad y fuerza de algunas interpretaciones de Liszt. "La perfección de un Bösendorfer excede mis más grandes expectativas”, escribió este músico luego de una visita que hizo a Viena para conocer los instrumentos fabricados en esa capital, se afirma en el portal Boesendorfer.com.
A fines del siglo XIX, Bösendorfer estaba consolidada como una de las mejores del mundo. Tanto así que ya había provisto de instrumentos a las emperatrices Elisabeth de Austria y Eugenia de Francia, así como al emperador de Japón y al zar de Rusia.

Teclas adicionales
El mayor exponente de las habilidades de la compañía austríaca es el modelo Bösendorfer 290 Imperial, que tiene 97 teclas, a diferencia de los modelos convencionales que tienen 88. El instrumento que se encuentra en la Cancillería boliviana tiene 92 teclas, característica que corresponde a un modelo de concierto 225. Estos instrumentos son utilizados tanto por músicos clásicos, de jazz y contemporáneos.

Las teclas adicionales que poseen los modelos en el costado izquierdo corresponden a notas extra bajas. "Yo no he visto usar esas teclas; no conozco una obra en la que se hayan tocado”, afirma el afinador Willy Pozadas. El primer modelo con estas teclas adicionales fue el Imperial 290, que se fabricó en 1909 por un requerimiento del compositor Ferruccio Busoni, quien transcribía obras de Johann Sebastian Bach y necesitaba un piano con bajos más profundos.
El resultado fue el Imperial 290, en el que se pueden interpretar piezas específicas de Bartók, Debussy y Ravel. El modelo de concierto 225 de 92 teclas comenzó a fabricarse luego del éxito del modelo Imperial.

Afinación
La persona encargada de afinar el instrumento de la Cancillería es Willy Pozadas, quien también interpreta el timbal en la Orquesta Sinfónica Nacional. Cada vez que se organiza un concierto, Pozadas es convocado para afinar el piano. Fueron tantas ocasiones que no recuerda el número exacto. Por ejemplo, se ocupó de la afinación antes de los conciertos de Ana-María Vera, Grace Rodríguez y recientemente Mariana Alandia, quien en abril grabó unas obras de Eduardo Caba.
Lo primero que verifica Pozadas es si el piano está bien cuidado. Luego revisa si el instrumento está demasiado "bajo”, pues sucede que a veces, por el reposo, baja la tensión en las cuerdas. Posteriormente, afina el piano en La 440, que es un estándar universal.
Al contrario de lo que sucede con un violín y de lo que se puede pensar, "un piano no envejece bien”, explicó la pianista Ana-María Vera. Hay muchas partes que con el tiempo y con el uso se deterioran y deben ser reemplazadas por técnicos altamente especializados.

Fabricación
En la parte inferior del piano está grabado el número de serie 45888, que corresponde a un modelo fabricado a partir de 1996. El precio aproximado del instrumento cuando fue donado -diciembre de 2000- era de 113.000 dólares. "Ahora debe estar arriba de los 180.000 dólares”, afirmó Pozadas.
Un piano es valioso por los detalles en su fabricación. Los pianos Bösendorfer, por ejemplo, se construyen a mano. También se considera la calidad de los materiales como la madera. En el caso de la compañía vienesa, sólo se usa abeto, que crece en los bosques austríacos a una altura mínima de 800 metros sobre el nivel del mar.
La madera sólo se cosecha en invierno, cuando la savia tiene un menor nivel de circulación, según el portal de la empresa. Antes de ser utilizada, la madera es secada naturalmente al aire libre por al menos cinco años. De esta forma se garantiza la máxima calidad de sonido y estabilidad.

Donación
Cuando el piano fue donado en diciembre de 2000, el país no contaba con recursos para adquirir un instrumento de esas características, explicó el entonces secretario general de la Cancillería boliviana, Gustavo Aliaga. "Se buscó la posibilidad de que alguien pueda donar un piano debido a la gran cantidad de conciertos y de gente que quería venir”, recordó. Así fue que la CAF en la gestión de su presidente ejecutivo, Enrique García, tuvo la gentileza de donar el instrumento al Estado boliviano.
Pero Bolivia no fue el único país beneficiado, pues el ex secretario de la Cancillería supo que instrumentos similares fueron donados a los otros países del Pacto Andino.

un instrumento noble y poderoso

Una de las artistas que interpretó el piano de la Cancillería es la reconocida pianista boliviana Ana-María Vera, quien reside en Londres. Miradas tomó contactó con ella por vía electrónica.
¿En qué eventos de la Cancillería tocó?
He tocado recitales de piano solo, música de cámara y con orquesta. Fui invitada directamente por la Cancillería o en el contexto del Festival de Música Bolivia Clásica, un evento que organizamos con artistas del mundo entero. Me acuerdo que hicimos nuestra primera conferencia de prensa allí en 2011.
¿Cuál fue el más reciente?
La última ocasión fue en agosto de 2014, con el gran violinista Jaime Laredo y la maravillosa chelista Sharon Robinson. Tocamos dúos y tríos; fue un momento fuerte de nuestra gira, en gran parte por la calidad del piano.
¿Qué piezas ha tocado?
Entre otras he tocado sonatas de Beethoven, obras de Schubert, Mozart, Debussy, Chopin, Mendelssohn y Franck. Y también de compositores nacionales como Humberto Viscarra Monje, Raúl Barragán y Agustín Fernández.
¿Qué características tiene el modelo de la Cancillería?
Se trata de un Bösendorfer de concierto, considerado como uno de los mejores pianos del mundo. Enteramente hecho a mano, el proceso de construcción dura un año. El modelo tiene notas adicionales que aumentan la dimensión y la resonancia del instrumento. Estas notas bajas casi nunca se utilizan, están pintadas de negro para no confundir al pianista que está acostumbrado a que se acabe el piano antes.
¿Qué opinión tiene de la marca Bösendorfer?
Es un instrumento noble, luminoso, sutil y poderoso. Se puede hacer maravillas con ese piano.
¿Se trata del mejor piano de Bolivia?
Sin la menor duda. Felizmente la Cancillería lo cuida y lo protege. No se lo presta a cualquiera y nunca sale de su salón. Tenemos una excelente relación, pues la Cancillería siempre nos abre las puertas y por ello me siento muy agradecida. Casi no hay pianos decentes en Bolivia y organizar conciertos de calidad que requieren un piano es muy complicado.
¿Cuál es el costo aproximado de un modelo similar en el mercado?
200.000 dólares.





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