Elina Laurinavicius y Carolina Soliz subirán a las tablas hoy para presentar, en estreno, la puesta en escena de la primera hija propia de Ditirambo, Tetas. Motivaciones y temas que nacen de las vivencias femeninas es lo que plantean las tres historias que integran la comedia: Visita al ginecólogo, Infidelidad y Olvido.
Para Elina y Carolina Tetas rompe su trabajo de actrices para dar un paso adelante, el de la creación. La idea original es de ambas, que dieron vida a los argumentos y a los seis personajes que interpretan, tres cada una. Para Porfirio Azogue, el director de la compañía, Tetas es un gran desafío que asumió cuando sintió empatía con las aflicciones femeninas, la primera visita al ginecólogo por ejemplo, que como hombre no comprendía. De ese modo se hizo cargo de dar a los textos originales la necesaria estructura dramática.
Tetas aborda también la infidelidad en la experiencia de una mujer insatisfecha con su pareja, por lo que decide ser infiel. Mientras divaga en la reflexión de qué hace mujer a una mujer, un travesti comparte con ella sus pasiones, frustraciones y deseos.
El último cuadro presenta el conflicto de una mujer que quiere olvidar, y no puede, las cosas malas que pasó; y de otra que quiere recordar lo bueno que caracterizó su existencia aunque hoy su memoria la traiciona.
Azogue reconoce que Tetas pone en evidencia el talento de las protagonistas. “Su dificultad es cómo encarnar un personaje y despojarse de él para encarnar otro de tal manera que el público se pregunte cuántas son las actrices. El desafío es que sus personajes se vean diferentes y ellas se vean compenetradas con lo que están haciendo”.
Tetas, en síntesis, invita a entrar al mundo femenino en un espectáculo apto para mujeres como para hombres.
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