La obra de migrantes que radican en Alemania irradia una mirada cosmopolita. El MUSEF acoge estas obras en sus salas.
Desde hoy, hasta el 8 de agosto llega Arte Espacio Alemania, una exposición de 55 obras. La muestra, que visitó alrededor de 20 países en el mundo, tendrá como sede el Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef), para presentar las expresiones multiculturales de este país.
El Goethe-Institut, junto a la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia, presentan a 13 artistas extranjeros que residen en Alemania. Lutz Birkholtz, el curador de la exhibición, pone énfasis en un detalle. “Ninguno de ellos es alemán. Vienen de distintas partes de Europa y Asia. Lo interesante es ver el aporte e influencia extranjera que dejaron en nuestro país”.
Diferentes nacionalidades se acoplan en una exposición colorida, que integra distintas cosmovisiones, a través de instalaciones, pinturas, fotografías audiovisuales, esculturas y grabados. Armando, Candice Breitz, Tony Cragg, Marianne Eigenheer, Ayse Erkmen, Christine Hill, Magdalena Jetelová, Per Kirkeby, Joseph Kosuth, Marie-Jo Lafontaine, Nam June Paik, Giuseppe Spagnulo y Herman de Vries son protagonistas de este despliegue visual.
La curadora Ursula Zeller, destaca que, “esta exposición aporta conocimientos, visiones y un estímulo del extranjero, a su vez, una apertura cultural en Alemania”. La primera exposición de carácter transnacional en el país germano es una mirada testimonial de estos artistas. “Muchos hablan desde su historia, desde la guerra, la violencia, la naturaleza, desde el capitalismo, o bien, desde lo cotidiano”, subraya Wirkholtz.
20 países transitó esta exposición, que muestra el aporte de la multiplicidad étnica y cultural.
Críticas y testimonios. Arte espacio Alemania es ante todo una contribución, también, a la identidad alemana, a partir de un panorama transcultural, según Zeller. “Estas obras prefieren instalarse en la multiplicidad, la particularidad, en la periferia, en vez del centro”.
Ciudadanos del mundo. Otro de los detalles que rescata Ursula Zeller, es la autenticidad. “Estos artistas viven en su propio hogar, construyen su mitología con sus raíces donde van”.
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