El hallazgo y la recuperación de obras musicales misionales suma un trabajo de difusión, el disco San Ignacio, ópera de la selva, interpretado por el coro y la orquesta de Urubichá.
El sacerdote y musicólogo Piotr Nawrot señala que el principal valor de este producto cultural es el registro de una de las solo cuatro óperas que hasta el momento se han restaurado de la época colonial. Tres son de los archivos de Moxos y Chiquitos y la Ópera San Ignacio es una de ellas. “Una rareza”, justifica el especialista.
Para llegar a la edición del disco, la Cainco, el Cepad, mediante el Proyecto Misiones Jesuíticas de Chiquitos, y la Asociación Pro Arte y Cultura (APAC) gestaron los trabajos de transcripción de ocho obras del barroco americano, guardadas en Concepción y en Moxos.
Esa labor y la investigación hecha por el musicólogo Piot Nawrot generó la producción del álbum que en su repertorio incluye el Gloria et honóre, de Juan José Ignác Brentner y las piezas de autor anónimo Gaudens gaudero, Misa Palatina y, finalmente, San Ignacio, la ópera de la selva.
Para diferenciar que no proviene de la ciudad, se le llama ‘de la selva’. Nawrot explica que cuando se la compuso, en el siglo XVII, se la cantaba en toda la extensión de las misiones jesuíticas.
“La Ópera San Ignacio cuenta sobre la conversión de San Ignacio y cómo él fue llamado por Dios para fundar una orden y anunciar el evangelio. En la ópera aparece también San Francisco Javier, a quien San Ignacio envió a Asia con el mismo fin evangelizador. Como si fuesen padre e hijo, San Ignacio y San Franciso sufren porque tienen que separarse para obedecer a Dios”, resume la historia.
La obra fue grabada por músicos de Urubichá y algunos solistas de Santa Cruz en el templo de Urubichá.
La grabación de esta ópera, la primera de músicos nativos, evidencia su desarrrollo interpretativo.
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