Según Juan Fabbri, artista plástico y antropólogo, “la obra nos plantea el problema de la alienación humana que puede llegar a generar la tradición y nos demuestra cómo la imaginación es capaz de romper con todo lo establecido y posibilitar el nacimiento de un acto creativo sagrado”.
La propuesta conceptual de Almhabitantes se basa en la deconstrucción del matrimonio, “no para negarlo —aclaran sus directores, Ana Luisa Unzueta y Diego Revollo— sino a fin de resignificarlo simbólicamente”.
Para esto, concibieron un proyecto multidisciplinario —que incluye y combina performance, fotografía, video, medios bidimensionales mixtos y objetos— que les permite celebrar, a través del arte, un rito nupcial propio para consagrar su unión, donde son ellos mismos quienes administran y reciben el “sacramento”.
“Reinscribir el rito dentro del arte es para nosotros una urgencia, pues consideramos que sólo así la consumación de nuestra unión cobra un sentido trascendental”, explica Revollo.
Por su parte, Unzueta, que también es diseñadora, dice que “el arte es, para nosotros, un espacio de libertad donde nuestro accionar se concentra para dar lugar a hitos de paso, cambio y transformación, alejándonos de la tradición condicionante”.
Tal como expresa la pareja de directores, la obra busca teñirse de una intimidad profunda. “El pudor, los cada vez menos frecuentes espacios y tiempos personales, el establecimiento y ruptura de roles, forman parte de nuestra reflexión”.
En opinión de Fabbri, la diversidad de medios o lenguajes artísticos empleados para la obra “resalta la necesidad de crear un cuerpo en el umbral del rito de paso”.
Almhabitantes se estrena mañana martes en la Alianza Francesa, donde permanecerá hasta el 6 de septiembre, de 15.00 a 19.00. La entrada es libre.
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