EL ARTE GRÁFICO de Alejandro Salazar

Al señor Alejandro Salazar suele vérselo paseando las calles de La Paz cargando, si bien con mucho disimulo, un pesado cuaderno de dibujo. La extrema pesadez del cuaderno, que no afecta sin embargo el gallardo aplomo del paseante, no ha recibido todavía una explicación científica satisfactoria, aunque sí ha provocado varias hipótesis y una que otra habladuría.

Por lo que a mí me toca, el seguimiento puntual de los paseos del señor Alejandro Salazar así como la observación cuidadosa de sus hábitos me permiten afirmar que cargar semejante cuaderno no es sino una penitencia que le ha sido impuesta al mencionado señor Alejandro Salazar por deidades cuyo nombre todavía no me está permitido revelar.

La penitencia es totalmente comprensible si se considera que desde hace más de 30 años el susodicho señor Alejandro Salazar viene echando al mundo con total irresponsabilidad una serie de criaturas cuya única ocupación es desordenar la realidad, alterar las buenas costumbres, fomentar la alucinación y hacer mofa de toda racionalidad.

Por fortuna, algunas de esas criaturas han sido detenidas y están temporalmente en exhibición para escarmiento de su autor. Si se anima, puede verlas, tomando las precauciones que el caso amerita, en las salas del Espacio Patiño de la avenida Ecuador.