Se afirma que un cuarteto, un trío o un dúo son el mejor grupo de amigos. Pero si el dúo está conformado por marido y mujer, que es el caso de varios conocidos conjuntos, la familiari-dad y la profunda compenetra-ción espiritual puede llegar a ser factor que incida directamente en su calidad expresiva.
No es posible ignorar esta condi-ción en el dúo Laredo-Lorenzo. Su entrega sobrepasa la propuesta musical de tempos y dinámicas para expresar ante todo, el senti-miento que los une.
La experiencia de escucharlos, entonces, es doblemente grata porque se está ante la presencia de dos excelentes concertistas y también dos personas que se aman. Eso es evidente y verdaderamente grato.
La música no hace más, ni menos, que expresar y exaltar esta realidad.
El programa del concierto, estuvo conformado por varias obras cor-tas: “Miniaturas de ayer y hoy” que pueden agruparse en tres sectores: el primero, con la Sonata en La mayor de Vivaldi, es música intelectual, interpretada con pulcritud y serenidad. Con este inicio, los concertistas tuvieron la oportunidad más propicia para mostrar su calidad técnica y el dominio de sus instrumentos.
El segundo, con obras como Medita-ción de Massenet y Melodía de Orfeo y Eurídice de Glück, son piezas que nacieron en el corazón y a él van dirigidas. Acá es donde con intensidad, violinista y pianista reflejan su mundo interior, para encender en el público emociones íntimas y gratificar su romanticismo.
El tercero, con piezas como Milonga de Ginastera, Poema Indio de Palmero y Los Mareados de Cobian, se internan con destreza en el campo de la música popular argentina y boliviana para explorar entre colores, sabores y aromas rurales y urbanos de estos países. Otro tipo de amor expresado también con sentida emoción.
Carlos Laredo nació en Cocha-bamba, en el seno de una familia que ha legado al país músicos de trascendencia mundial.
Fue Concertino de la Orquesta de Cámara Juvenil, del Ensamble Musical y de las Orquestas Sinfónica y Filar-mónica de Buenos Aires. Junto a Alberto Lysy, fundó la célebre Camerata Bariloche. Tocó en la Orquesta Gulbenkian de Lisboa, presentándose en varios países de Europa y en Estados Unidos.
Fue concertino de la Orquesta Sinfónica de la Radio de Basilea, Suiza, con la que actuó y grabó para Radios de Suiza, Francia y España. En Cochabamba formó parte del prestigioso Trío Apolo. A partir de 2004 conforma el presente dúo con su esposa Susana.
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