El acordeón ha sido el compañero infaltable de la bohemia del pasado. Al ritmo de su variada tonalidad se realizaban los encuentros sociales en los que se bebía cerveza y chicha, en el caso de Bolivia.
Tuvo también, en esas ocasiones, el acompañamiento de las guitarras, mandolinas, charangos y de las zampoñas. Estos instrumentos musicales le dieron peculiaridad especial a la bohemia del pasado en Bolivia. De manera que esos encuentros tendían a ser más alegres, porque los intérpretes eran los mismos que estaban bebiendo.
De esa manera, puede decirse ahora que la bohemia del pasado tenía relieves más significativos que los actuales. Pues, en el presente pocos son los casos en que uno de los participantes del encuentro sepa rasgar las cuerdas de las guitarras.
Por estas circunstancias, bastante disímiles, puede concluirse que la bohemia del pasado era más alegre, porque era la oportunidad en que los bebedores tenían que demostrar sus aptitudes de ser intérpretes de instrumentos musicales.
En cambio, en la actualidad, las reuniones sociales de esa índole están más dirigidas a beber, a embriagarse, que a gozar de la música propia. Al presente, la música proviene generalmente de instrumentos transmitidos por estaciones de radio o por aparatos reproductores de discos.
Sería interesante conocer opiniones de psicólogos, sobre el efecto anímico que causaba la bohemia de antes y la que pudiera estarse dando en la actualidad.
El acordeón, en contraste con el pasado, al presente tiene una utilidad de gran significación, porque se lo utiliza en la educación musical en escuelas y colegios. Esto ocurre porque mientras en esos tiempos para la enseñanza musical en el sistema educativo se tenían pianos, esto quedó para la historia por dos razones fáciles de captar.
De una parte, porque la cantidad de escuelas y colegios se ha elevado en grandes proporciones, a la vez que resulta imposible dotar a cada uno de ellos de un piano, asimismo, por el costo ya inalcanzable para tal efecto.
El acordeón ha sido creado en Alemania, por lo que sigue siendo el instrumento musical más tradicional que tiene ese país, no sólo en reuniones de bohemia, sino en hogares y centros de diversión, en los que tiene participación personas de todas las edades y de ambos sexos.
En Bolivia es interesante anotar que por los fines educativos que se le ha asignado, niños y jóvenes lo interpretan para interpretar los himnos cívicos, pero no tienen la extensa popularidad que se mantiene en Alemania. Aquí prevalece escuchar la música reproducida por medios electrónicos, por lo que perdió el atractivo que tenía para amenizar las reuniones sociales.
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