Este cochabambino de 55 años logró ganarse, a lo largo de dos décadas de trabajo incansable, el reconocimiento del público en una tierra distante y ajena a la de sus orígenes, Estados Unidos.
Hace pocas semanas llegó a Cochabamba invitado por la Alcaldía Municipal para dictar un taller de teatro durante un mes y medio.
“Creé un método diferente, desordenado pero valedero para acercarse al personaje”, asegura Terán.
Este actor es uno de los muchos artistas de la década de los 70 que asumió el liderazgo de su propia formación profesional, por lo tanto, es un autodidacta.
“Empecé a hacer teatro por azares del destino. La universidad no estaba abierta por la dictadura y un grupo de amigos me invitó a participar de una obra teatral y acepté. Desde entonces la dramaturgia se metió en mis venas”, enfatiza Luis Terán.
Con el paso de los meses, su pasión lo llevó a convertirse en director y artista del elenco universitario; así fue como comenzó a gestionar giras de presentación por toda Bolivia.
“Si bien no éramos considerados los mejores, sí fuimos el elenco teatral más activo y con presencia nacional”, recuerda Terán.
Desde su rol como director y actor, pudo conocer de cerca las carencias y los vacíos que tenía el sector, la falta de apoyo y motivación institucional; problemas que, según él, todavía persisten en este sector.
“Los artistas sabemos que existen estas falencias en las autoridades de turno; pero, no hay que retroceder, al contrario tenemos que seguir creando arte del bueno”, afirma Terán.
Después del taller retornará a los Estados Unidos y tiene previsto volver a Bolivia los meses de noviembre y diciembre con nuevos planes.
“Tenemos que seguir confiando y creyendo en el desarrollo de nuestra profesión; solo así ganaremos el cariño de la ciudadanía y el apoyo de las autoridades. Esta es la razón para que los artistas hagamos un buen arte”, concluye.
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