Actor, investigador, profesor y teórico del teatro, Santiago Villacís, miembro estable del elenco ecuatoriano Mala Yerba, llegó a Sucre para dictar un taller sobre semiótica aplicada a la actuación teatral. Las reflexiones del actor ecuatoriano abordan una visión global sobre el arte, que involucra una búsqueda de autenticidad, esto en el marco del Encuentro Internacional de Artes Escénicas, EnArtes.
Con expresiones sencillas y de generosas connotaciones, Villacís comentó a CORREO DEL SUR las conclusiones que saca de su experiencia como profesor de actuación, a propósito de la temática del taller que brinda en el ICBA.
Quisiera que me expliques un poco a grandes rasgos ¿de qué trata el taller?
Cuando yo empecé a hacer teatro se vivía una precariedad muy grande de profesores de teatro en Ecuador, nosotros teníamos un laboratorio que es una escuela de teatro. Salí graduado como actor, entonces me pregunte si quiero hacer una obra ¿qué hago? y esa era una interrogante muy grande en esos años, te hablo de finales de los 90, porque no había profesores, entonces yo empecé un método aplicando lo que yo había estudiado que era comunicación y la observación de grupos, en videos, etc.., elaboré un método de observación para sacar conceptos, principios de puesta en escena y he hecho una como sistematización de ese material a partir de la semiótica, de la lingüística, de una serie de cuestiones, en verdad la semiótica es bastante amplia, entonces solo es para hacerme el interesante un poco (bromea). No, veras al principio cuando entré como profesor del laboratorio, yo daba análisis de texto y los alumnos se aburrían, no les gustaba mucho, entonces empecé a mezclar con la puesta en escena, y resultó ser una mezcla muy efectiva, en la que se analizaba el texto y se volvía escena.
El título del taller me da la impresión de que es como una especie de guía para construir las representaciones del texto, en el cuerpo ¿es así?
Exactamente, porque ser artista es construir una mirada sobre la vida, entonces esto es para facilitar con unos elementos la construcción de esa mirada de la vida de cada uno de los artistas y darles herramientas. Pero una cosa principal, como en todas las artes hay tendencias modas y todo eso, el énfasis que yo le doy es que se escuchen, que los alumnos empiecen a darse cuenta de cuando están cayendo en esas tendencias y cuando están oyendo su propia historia. Entonces yo trato de generar una mirada sobre ellos porque cada uno tiene un teatro diferente.
¿Es como buscar el lado auténtico en sus miradas?
Lo auténtico, como ninguno tiene una historia de vida igual, una iconografía igual, unos traumas iguales, entonces la idea es que cada persona genere y respete lo que está viviendo en el contexto en que está viviendo, y no creen por una cuestión de farándula.
Entonces me pongo a pensar que esta guía no consiste en un abecedario de expresiones corporales ¿estoy en lo correcto?
O sea, siempre que uno elabore una lista de principios se oye a fórmula, pero lo importante es denunciarlo de esta manera, yo hablo sobre el grupo Malayerba, sobre mi experiencia, pongo ejemplos de teatro de literatura y de cine, pero siempre esto puede servirles o puede no servirles nunca, pero el proceso de pensamiento queda, porque es un ejercicio de discernimiento en movimiento entonces si ya te entrenas en ese ejercicio en movimiento puedes generar otra cosa que respete tu individualidad, tu historia, eso es principalmente.
Pero ¿cómo se les traza la dirección para que luego los estudiantes puedan desechar lo que no creen que es suyo y distinguir lo que les va a servir para expresarse a sí mismos?
Eso depende de la ejercitación, lo que pasa es que hay ejercicios, cuando el taller es prolongado siempre tratamos de tomar un texto, y yo les digo elabórenlo ustedes, con alguna pauta o principio, pero siempre hay mucha libertad, por ejemplo a veces les digo, hagan un ejercicio en base a tal pintor de surrealismo, pero lo dejo así libre porque el texto está relacionado con el surrealismo o con temas acerca de los sueños por ejemplo, entonces ahí ya aprenden de que a partir de esta relación pueden generar una atmósfera estética, pero yo no estoy controlando qué van a hacer, solo les estoy dando el principio por el cual van a explorar, entonces de ahí voy aumentando otras pautas, pero nunca controlo, es imposible controlar y además no es deseable controlar. Uno debe aprender a evaluar en que se equivocó, en que metodología, por ejemplo, porque trato también de que el teatro se vea como un sistema de comunicación, yo creo que el teatro falla mucho porque no se hacen estrategias de comunicación, cómo empezar la relación con el público, cómo manejar las tensiones con el público, en qué momento aliviar la tensión, cosas de dramaturgia, suena a mucho, pero al menos es una intención de este taller, de que se empiece a pensar en estas cosas.
Entonces ¿no solamente nos vamos a concentrar en las representaciones teatrales específicamente, sino en la vinculación con el público como dinámica social?
Exactamente, yo estoy tratando de ampliar, es decir, no solamente me dedico al teatro, sino al cine, todo lo que es representaciones sociales, incluso políticas, porque el espectro de la representación es igual, el análisis de representación es amplio, puede estar hablando un político y empiezas a evaluar qué es lo de fondo, qué estratagemas utiliza para eso, y a todos nos sirve, porque en verdad lo que el teatro trata de hacer es pensar la vida y creo que es importante pensar la vida, y creo que está faltando mucho en los teatreros: pensar la vida.
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