"En la vida se presentan diferentes caminos, en los cuales las personas deben elegir qué vía tomar para seguir su destino, en mi caso, mi mayor anhelo era ser libre, por ello elegí ser artista, pero las otras facetas fueron plasmadas en óleos" son las palabras de Alfredo La Placa, uno de los artistas plásticos más destacados del país, que mañana inaugurará la exposición “Convergencias Divergencias” en la galería Mérida Romero Espacio de Arte (calle René Moreno, 1223, Bloque E, San Miguel).
LA MUESTRA
El pintor potosino cumplió 86 años en mayo pasado, sin embargo, pese a su edad, la frescura de la pintura está latente en el artista, como el timbre de voz con el que cuenta que sus obras, más que reflejar temáticas, expresan su pasión al arte y más aún cuando, a través de los años, se le presentaron diferentes situaciones (caminos) que no se concretaron y de los cuales nunca se arrepiente.
En esta oportunidad, la muestra que comprenderá de 31 óleos en diferentes tamaños exhiben las convergencias y divergencias de la vida; y en el caso de las divergencias serán óleos que no están a la venta.
"Estas divergencias son situaciones que no se pudieron concretar, y no porque no se pudo, sino porque uno no quiere, por ejemplo hice grabado, pero cuando a alguien algo no le atrae busca otras situaciones y se aleja de ese camino hasta que encuentra el suyo. En resumen es la definición práctica para mostrar que el pintor se forma en diferentes momentos", explica.
De la muestra también formarán parte seis esferas que anteriormente ya fueron parte de exposición sin embargo, por la mística que envuelven vuelven a exibirse.
SOBRE EL ARTISTA
El artista plástico nació en Potosí. Sin embargo, vivió, creció y descubrió la vida en dos ciudades: Oruro y La Paz, lugares que inspiraron grandes obras. La Placa descubrió su pasión por el arte desde niño y decidió cultivar ese amor para ejercerlo como una profesión. Incluso abandonó la carrera de medicina para dedicarse a pintar “las expresiones de la vida”.
El artista cuenta que adora caminar por las calles, no sólo por salud, también porque captura aquellas “expresiones” en sus obras de arte que a sus más de ochenta años fueron gratificante en muchas maneras, quizás no mercantilistas ni monetarias, sino por la forma en la que ve la vida.
Concluyó que un artista nunca debe pedir nada a nadie, pues como él todo lo que tiene fue gracias a su esfuerzo y ver la vida desde la mirada de artista.
Alfredo La Placa realizó su primera exposición hace 61 años, en 1953. En esa época, la pintura de contenido social, inspirada en el muralismo mexicano y alentada por la Revolución del 9 de abril de 1952, era el arte dominante en la escena local. Había una voluntad épica y didáctica en el arte. La Placa y otros artistas —María Luisa Pacheco, Óscar Pantoja y Enrique Arnal, por ejemplo— nadaron contra la corriente imperante, cada uno explorando y logrando un lenguaje propio. En su caso, se orientó muy rápidamente a la pintura abstracta. Y no abandonó la brecha no figurativa que le permitió expresar su mundo y su sensibilidad. Hoy, Alfredo La Placa es reconocido como uno de los mayores exponentes de la pintura abstracta en Bolivia.
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