El trabajo, que ahonda en la figura del importante personaje, cierra la trilogía del director Percy Jiménez.
El poeta y político boliviano, Franz Tamayo, es la figura central de la nueva propuesta teatral del dramaturgo Percy Jiménez. Después de "Los B" y "Shakespeare de Charcas", llega "Tamayo. Apolíticas consideraciones sobre el nacionalismo Vol. III", título de la obra que se estrenará este fin de semana y que propone un encuentro con un momento donde Bolivia se constituia.
En conversación con La Prensa, el director de la obra habló acerca del proceso de creación, su contexto y la importancia de la figura de Tamayo en la historia boliviana.
UN TAMAYO QUE NO ESTÁ. Fue a finales de 2013 que Percy Jiménez comenzó a estudiar a Tamayo. El año pasado, en noviembre, se iniciaron los ensayos, pero más como un laboratorio, ya que la idea "no era producir cosas para la obra sino alrededor de la obra". Finalmente, este año, se dio paso al trabajo en la pieza misma.
Desde la pedagogía de Tamayo, pasando por Scopas, La Prometeida, Odas, Los nuevos Rubayat, algo delos Epigramas griegos o la controversia que tuvo con Jaimes Freyre, además de Para siempre, Para nunca; Hechicero del Ande, de Diez de Medina; Yo Fui el Orgullo, de Baptista Gumucio; Franz Tamayo y la Revolución Boliviana, de Fausto Reinaga, hasta una recopilación de discursos, conferencias, cartas y mensajes; fueron algunos de los textos recogidos por Jiménez. Un largo viaje que, sin embargo, lo llevó a tomar el texto Tamayo rinde cuenta —donde el protagonista, más o menos, da un informe sobre su última actuación política en 1944 con Villarroel de presidente—, para la creación final.
En la historia, el público se encontrará con lo acontecido el 21 de noviembre de 1944. Un comunicado le llega al presidente del congreso, que es Tamayo, en el que dice que hay 11 asesinados políticos y él no sabe nada. Ese es el momento que toma la obra.
"Si bien tomamos algunos sucesos alrededor de esos días, lo que a mí me interesa es ingresar dentro de qué es lo que le pasaba a Tamayo en ese momento, qué es lo que pensaba. Entonces aparecen recuerdos, viajes a su infancia".
La obra está construida sobre dos tiempos, porque en ningún momento aparece Tamayo. En realidad está estructurada sobre "Gumucio", que se sitúa en los años 70 y 80, mientras que "Fausto Reinaga", y "Diez de Medina", llevan a un tiempo entre 1940 y 1944. "Esta crisis de tiempo, en términos de contar una obra en dos tiempos, todo el tiempo, genera la posibilidad de saltos temporales muy flexiblemente". Lo que hace la obra es "saltar" todo el tiempo de un lado a otro y aprovechar eso para contar determinados momentos importantes dentro de la historia de Tamayo. Por ejemplo, la Ley Capital, su relación con Salamanca, el hecho de que fue presidente y no lo dejaron asumir ese cargo en 1934, entre otros tiempos.
Por ello, el creador de la obra se refiere a ella como un caos. Este hecho se enfatiza a través de la poesía de Tamayo, que es utilizada para destruir la estructura de la pieza. "En la medida en que vamos contando algo, ingresa la poesía y destruye el espacio, destruye el racconto, destruye todo. Se produce algo y volvemos otra vez. Cada vez es más fuerte este ingreso de la poesía, hasta que se come a la obra".
Este juego de tiempos, ese concepto en la obra alrededor de un personaje ausente físicamente, es denominada por Jiménez como el espectro de Tamayo.
OBJETIVO. Hijo de una campesina y de un hacendado de alta sociedad (Isaac Tamayo), Franz Tamayo repite esa historia. Entonces, "esa contradicción para mí era muy potente. Creo que en todo boliviano está en esa posible contradicción. En ese sentido, Tamayo siempre me atrajo, porque fue el primero en tratar de explicar nuestra contradicción, nuestro ser boliviano. Qué somos, cómo somos. Creo que con el público es poner en tapete un momento de nuestra historia muy álgido", dice el director sobre la figura que cerrará la trilogía.
Después de cinco años de trabajo sobre este proceso, que se inició en 2011, Jiménez concluye que el viaje es correcto. "Creo que hemos cerrado un ciclo, creo que con Tamayo hemos tocado también momentos muy específicos y especiales dentro de la historia boliviana".
Dada la profunda investigación para la creación de las tres obras, Jiménez aseguró que se busca publicar los textos de la trilogía, pero no solo como textos, sino también "alrededor de". Es decir, lo que ha significado producir cada una de las obras. Por otro lado, también se quiere editar la música, principalmente la de Tamayo, que es una pieza que dura alrededor de 50 minutos.
Otro de los objetivos es girar con Tamayo por Bolivia, llevarla a Cochabamba y Santa Cruz, y posiblemente Sucre, Potosí y Oruro. "Como dura 50 minutos, no es como las otras, que fueron muy pesadas. Esta es muy liviana, muy fácil de llevar. Entonces la he hecho pensando en eso. Quiero moverme", aseguró Jiménez respecto a que las dos anteriores piezas sólo se vieron en La Paz.
"Tamayo. Apolíticas consideraciones sobre el nacionalismo Vol. III", se estrenará este sábado. Las funciones serán el 23 y 24, y el 30 y 31. En junio, estará el primer fin de semana como parte del proyecto Espacio Alternativo y posteriormente, todos los domingos de junio en El Desnivel (Sánchez Lima, 2282, Sopocachi).
Aunque no hay una alusión directa a los personajes, Freddy Chipana trabaja sobre la figura de "Reinaga", Mauricio Toledo, sobre "Diez de Medina", y Miguel Ángel Estellano, sobre "Gumucio", además de un cuarto intérprete sobre la imagen de Adonais, personaje que utiliza Tamayo para escribir un poema sobre su hijo.
También conforman el equipo Jorge Zamora, en la música; además de Magali Acha, en la escenografía argentina y Paola Oña en el vestuario.
La obra es auspiciada por Universal Brokers S.A., Goethe Institut y el Ministerio de Culturas y Turismo, a través del Programa para la Educación Cívico Patriótica Eduardo Abaroa.
50 minutos, aporximadamente, es el tiempo de duración de la obra que completa la trilogía de Percy Jiménez.
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