miércoles, 13 de mayo de 2015
David Santalla: ‘Lo que me pone contento es el cariño de la gente’
El comediante David Santalla, conocido por sus más de 50 personajes, se encuentra en recuperación después de una hemorragia cerebral sufrida el 1 de abril y que lo dejó 22 días en coma. El artista quiere volver pronto a las tablas y agradeció el cariño de la gente que lo apoya para su recuperación. También reflexionó sobre la risa como terapia social y sobre la necesidad de que los actores se unan y juntos puedan apoyarse para lograr conquistas en su actividad.
— ¿Qué piensa del cariño que le ha demostrado la gente con campañas para apoyarlo?
— Después de estar inconsciente, estoy despierto y estoy bien. Lo que más me pone contento es el cariño de la gente hacia mí y es admirable. No pensé que la reacción fuera tan favorable. Ese cariño me llena de un estímulo y me compromete a seguir adelante. El arte nunca se acaba.
— Cuando esté recuperado, ¿con qué personaje le gustaría retornar a las tablas?
— Estaba en camino en hacer de romano. El imperio romano visto en broma a la boliviana. El personaje sería Toribius, para que descanse un poco la Imilla. Ya había hecho el guión en versión libre, la intención que tenía era mostrar como parece una broma que algunos juegan con el poder.
— ¿Qué lección le deja esta experiencia en la que su salud estuvo comprometida?
— Es un reto, tengo ganas de seguir adelante y mejorar la producción. Eso sí, no voy a variar el estilo mucho porque en Bolivia tenemos un estilo definido y gracias a Dios lo hemos logrado. En otros países nos han imitado.
— ¿Ha pensado en transmitir su experiencia en las tablas formando a otros talentos?
— Sí, en la Escuela Superior de Formaciones Escénicas están esperándome. Cuando esté respuesto quiero enseñar y formar elenco. Soy exigente y me gusta que la gente, si quiere seguir en una comedia u obra de teatro, tiene que adaptarse a las distintas formas de expresarse que existen. Hay mucha gente que aprende una sola forma de expresión y no varía.
— ¿Qué es para usted la risa?
— La risa es una especie de escape del alma, es dejar salir eso que está oprimido allí dentro. Con la risa descargamos muchas cosas malas. El humor es una especie de terapia para uno y para la sociedad. Una sociedad cuando tiene sentido del humor es muy buena. Un ejemplo, vamos a Chile y tiene un gran sentido del humor. Bolivia también, pero lo que pasa en nuestro país es que aún la gente se tapa la boca para reír. Eso tiene que cambiar, nos falta ser más francos y apoyarnos en el humor.
— ¿Se ha apoyado en la risa o en el humor en momentos tristes?
— Sí, por supuesto. Me ha ayudado mucho, mucho porque hay cosas tan tristes que se pasa y el contraste de lo triste nos hace reír y da fuerzas para seguir.
— ¿La risa le ayuda en su recuperación actual?
— Inventando cosas y situaciones, uno se ríe. Hay desde el chiste que es craso hasta el humor que es respetuoso. Es fácil reírse. El humor responde a una sociedad, costumbre y cultura.
— ¿Qué le diría a la gente que lo ha apoyado?
— Que los quiero mucho, que no sé cómo repartir ese cariño. Me gustaría y el mejor premio que recibiría es que me muestren que son unidos. El escudo nacional dice: La unión hace la fuerza, pero es mentira mientras no lo practiquemos. La verdad es que la unión se hace a la fuerza (risas).
— Según los médicos, ¿cuándo podrá levantarse de la cama?
— En un mes más o menos, ahora no es que no pueda caminar, pero aún hay desequilibrio y debilidades musculares.
— ¿Cómo se siente después de 56 años de hacer reír a Bolivia?
— Tengo toditos los años (risas). Voy a cumplir 75. Duermo en salmuera (ríe). Me siento bien, reír es lo más útil y lo mejor. El problema no está en la edad sino en el espíritu. Como se siente uno, depende si está tristón o juguetón. La edad es el espíritu y la energía interior. Con el coma que he estado 22 días, que siento como dos meses, siento como si tuviera 99 años, pero vuelvo a la realidad y estoy en una edad que aún puedo producir y hacer lo mío, que es lo único que me hace vivir junto a mi familia, que son mi orgullo, mi hijo Yúngaro, mi hija Claudia que es ecóloga y mi otra hija que vive en EEUU. Me voy a dedicar a esto con cuidado y sin ofender a la sociedad.
— ¿Qué les diría a los artistas después de haber pasado esto?
— La unión hace la fuerza, eso encierra toda la filosofía. Quieren progresar, únanse, no se tengan envidia. Cada quien sabe lo que sabe hacer y punto final. No hay que envidiar al otro, sino colaborarnos y así logramos conquistas.
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