Breves, pero recreativas. Así fueron animadas ocho obras sobre la historia social, política y la vida de diferentes personajes del país en la Noche del Cementerio. A este evento acudieron miles de personas para disfrutar de la iniciativa de la unidad de Cultura de la Alcaldía.
Los diálogos y las obras cortas causaron buena impresión en algunos, como sucedió con Angélica Paz, quien sollozó al ver la recreación de cómo dos policías perdieron la vida al intentar que el minero Eustaquio Picachuri no detone un explosivo en el ingreso al Congreso. Este trágico hecho pasó hace siete años.
Las otras siete representaciones fueron: el culto andino en los ancestros, Muerte-Fiesta en Todos Santos y las Ñatitas, la Masacre en la calle Harrington, los éxitos de las familias Lorini y Valencia, la Guerra del Chaco, los poemas de Franz Tamayo, Esther Ballivián, Jaime Sáenz, y la muerte de indígenas en la Colonia.
El trayecto estuvo iluminado por velas y lámparas con las que se buscó crear una atmósfera especial durante todo el recorrido. Estas obras fueron realizadas con el objetivo de revalorizar y concienciar a la ciudadanía sobre la importancia histórica y patrimonial del Cementerio General que fue construido en 1831.
Cientos de personas hicieron filas para ingresar al campo santo al punto de rodearlo. Entraron en grupos de 35 personas que eran acompañadas por tres guías de la Alcaldía.
Afuera del Cementerio las vendedoras ofrecían diferentes productos para la fiesta de Todo Santos como mascaritas, incluso recetas para elaborar pan. Estos productos competían, además, con los de Halloween.
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