viernes, 1 de noviembre de 2013

Un boliviano crea técnica para revelar fotos artesanales


Inspirado en técnicas aplicadas en siglos pasados, el artista cochabambino Francisco Claure desarrolló un sistema único e innovador de revelado. Fabricó su propio papel artesanal para plasmar imágenes en blanco y negro, con las que puede expresar su visión del mundo a través de la magia de la fotografía analógica.
Después de ganar experiencia en manejo de laboratorio en cuarto oscuro, bajo la tutela del fotógrafo Craig Thiesen -quien le enseñó sobre fotografía clásica y experimental- Claure empezó a ensayar nuevas formas de revelado con emulsiones caseras y elaborando un papel con pulpa de algodón, fibra de lokta (una planta de Nepal) y gelatina.
Su primer acercamiento con técnicas casi perdidas como las impresiones de goma bicromatada, desarrolladas a mediados del siglo XIX; o las de platino y paladio, que surgieron a principios del siglo XX, lo inspiraron a crear este proceso de revelado que aplica desde hace 18 años.
"Así nace la denominación de fotografía ‘hecha a mano’, ya que prácticamente son fotografías creadas de forma manual, ganando textura y dando una expresión más profunda a todas las obras, convirtiéndolas en piezas únicas”, explica Claure, quien llegó de Austria, donde ahora radica, para presentar sus obras en La Paz.
La exposición Fotografía hecha a mano -que estará abierta en el Museo Nacional de Arte hasta el 15 de noviembre- reúne 29 imágenes tomadas en los últimos 15 años durante sus viajes por Bolivia, Turquía, Cuba, Austria, República Checa, Panamá, Gribaltar y Portugal, entre otros.
Édgar Arandia, director de este museo, comenta que "la pieza en blanco y negro, con su rica gama de grises, nos confirma a un fotógrafo de fina sensibilidad por la forma inmediata de transmitir visiones, sin adornos ni excesivos trucajes que diluyen la imagen”.
Este conjunto de fotografías es una galería de expresiones de personas, animales, objetos y paisajes en su entorno natural y que, según explica el autor, muestran facetas positivas de la vida, distanciándose de la tristeza y el dolor.
Además de este detalle, Arandia destaca que algunas de sus piezas lo remontan a la memoria de su país, desde los valles, el trópico, y la vinculación del hombre con su tierra; "aspecto que desarrolla en composiciones narrativas que sustenta con su raigambre cultural”.
Es la primera vez que las obras de Claure estarán en La Paz; llega con el ánimo de compartir el trabajo que desarrolla fuera del país, después de haber realizado una treintena de exposiciones en Europa y otras regiones.
"Sus obras son bien valoradas en Europa porque es algo que no se ve en otro lugar. Además son expresiones mágicas por la técnica que utiliza. La gente no sabe si es una pintura o es fotografía, siempre llama la atención del público”, opina la australiana Ulli Claure, esposa del fotógrafo.
Proceso de elaboración
Obtener la textura rústica y la tonalidad ocre del papel es un proceso sencillo, pero que a la vez demanda paciencia, tiempo y cuidado.
Claure explica que una vez que consigue el algodón y la lokta, extrae sus fibras con cernidores para crear una capa de papel con el espesor deseado. Luego procede a prensarlo y dejarlo secar.
Después del secado, el papel recibe un tratamiento de varias capas de gelatinas neutras, con una emulsión que él mismo fabrica con recetas caseras a base de nitrato de plata.
Finalmente, y como la parte más importante, procede a la ampliación de la fotografía utilizando el procedimiento clásico de revelado fotográfico en un cuarto oscuro. El resultado es un retrato que, por las cualidades de la técnica, es difícil de diferenciar si fue tomado en tiempos actuales o en el siglo pasado.
"Todos avanzan en la tecnología con la fotografía digital, pero yo me quedé en la raíz de la fotografía porque es la mejor forma de compartir con los demás la forma en que veo las cosas”, asegura el fotógrafo.
Federico Nier-Fischer, corresponsal internacional y docente en comunicación intercultural de la Universidad de Viena, opina que las fotografías de Claure "se constituyen en una obra suspendida en el tiempo, que sabe expresar la diversidad cultural y recuerda que las tecnologías digitales no poseen el monopolio sobre lo auténtico y verdadero en la expresión artística”.

Sin duda, el rescate de técnicas clásicas de la fotografía hizo que este artista se destaque en otros países por su originalidad, llevando en alto el nombre de Bolivia , que, como él mismo asegura, es su fuente de inspiración y el impulso para continuar con este medio de expresión artística.

Un libro para
ayudar a Alalay
Después de más de 25 años en el mundo de la fotografía, Francisco Claure publicó un libro que reúne más de un centenar de imágenes tomadas en diferentes países con su técnica artesanal. La recaudación está destinada a la Fundación Alalay, dedicada al cuidado de niños, niñas y adolescentes en situación de alto riesgo.
"El objetivo de esta publicación, que se presentó en marzo de este año, es recaudar fondos para la Fundación Alalay, pero todavía no está a la venta en Bolivia, sino en Europa; así que espero que muy pronto pueda difundirse aquí”, dice el autor.
Uno de los objetivos de esta fundación es revertir las condiciones de pobreza afectiva, económica, social y espiritual de menores, con un enfoque de prevención y protección.

Perfil profesional
Nacimiento Francisco Claure Ibarra nació en Aiquile, Cochabamba, en septiembre de 1958 y actualmente vive en Viena, Austria.
Formación Migró a Cochabamba a temprana edad, donde cursó sus estudios en colegio. Posteriormente se fue a Europa, donde vive hace 30 años.
Trabajo Además de la fotografía, trabaja para un organismo internacional; organiza conferencias a nivel mundial sobre delincuencia, lucha contra el narcotráfico y desarrollo industrial.
Muestras Desde 1996 ha presentado 33 exposiciones fuera del país y estuvo en Cochabamba en dos oportunidades.

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