Una muestra que se desarrolla en el Museo Tambo Quirquincho hasta el próximo domingo 22 revisa la extensa trayectoria de uno de los artistas más destacados del ámbito nacional y reivindica su aporte a la cultura.
La retrospectiva de Fausto Aoiz Vilaseca rescata a un notable y multifacético artista que incursionó en distintas expresiones de las artes plásticas: fue poeta, pintor, dibujante, escultor, grabador, ilustrador de libros y revistas, así como escenógrafo.
Su hija única, Bolivia Aoiz Velasco, recuerda que “él era una persona múltiple”. En la exposición, agrega, “se puede encontrar algunos de sus poemas y escritos, en los que reflejaba sus experiencias tanto en la vida como en su trabajo y su obra”.
CRÓNICA DE UNA VIDA DE ARTE. Fausto Aoiz nació en Potosí en 1908 y falleció en 1994. “Se llevaba las tierras de colores del Cerro Rico a los siete años, edad en la que perdió el oído en un accidente”, evoca su hija. A los 18 años “talló la puerta del Teatro Modesto Omiste de Potosí”, aun sin contar con todas las herramientas necesarias. El artista incursionó más adelante en la enseñanza de las artes plásticas y como docente participó en la construcción de la escuela-ayllu de Warisata junto con Elizardo Pérez y Avelino Siñani.
Llegó a La Paz hacia finales de la Guerra del Chaco y, tras enlistarse, se dedicó a hacer “cartografías y las medallas de reconocimiento a los héroes”. Gracias a su arduo trabajo creativo, recibió importantes reconocimientos: la Condecoración Departamental de la Orden del Cerro de Plata en el grado de Caballero (1976); el Gran Premio Anual de Artes Plásticas Pedro Domingo Murillo (1981) y la Condecoración de la Orden Nacional del Cóndor de los Andes en el grado de Caballero (2008). Este año, la Empresa de Correos de Bolivia lanzó un sello postal con el detalle de su obra Zampoñas, que data de 1948.
LA MUESTRA. La exposición, organizada por la Oficialía Mayor de Culturas, la Dirección de Espacios Culturales Municipales y la Unidad de Museos Municipales, ocupa seis salas del Tambo Quirquincho.
En las tres de la planta alta se muestran las pinturas, acuarelas y óleos; los reconocimientos y condecoraciones, y los dibujos. En las salas de la planta baja, las esculturas de madera; las de piedra y las fotografías, “que hacen un recorrido muy breve por la vida de mi padre, desde que era muy pequeño hasta que trabajaba en restauraciones”.
En 2009 y 2010, a iniciativa de la familia del artista, se lanzó la convocatoria para el Concurso Municipal de Escultura Infanto-Juvenil Fausto Aoiz. El año pasado, el Parque Urbano Central instaló una réplica en piedra de su obra Kusillo.
Para destacar
El maestro potosino perdió un oído a los siete años como consecuencia de un accidente.
Destacó como poeta, pintor, dibujante, ilustrador de libros y escenógrafo, entre otras artes.
Llegó a La Paz cuando concluía 1934 y por dos años trabajó en la campaña del Chaco.
Zampoñas es la obra del artista que Ecobol empleó para una estampilla conmemorativa.
Kusillo, réplica de una escultura suya instalada en el Parque Urbano Central.
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