domingo, 21 de agosto de 2011

Artistas nacionales sufren una odisea para llevar sus pinturas a otros países

Pagina Siete

Cada vez que recibe una invitación para exponer en el exterior, el consagrado artista plástico Edgar Arandia carga en las maletas sus bocetos, pinceles y acuarelas para concluir sus obras en el país de destino. Lo hace para evitar los costosos precios de embalaje, transporte y la burocracia de las oficinas aduaneras.

“Trabajo los bocetos iniciales acá, en Bolivia, y una vez en el exterior los concluyo. De esta forma evito demoras en aduana”, relata Arandia, quien ya está escarmentado y prefiere evitar que sus obras sean decomisadas en aduanas de otros países, en la mayoría de los cuales exigen una garantía que avale el retorno del cuadro a su país de origen.

Arandia lleva sus lienzos, de papel o tela, enrollados y guardados en tubos de plástico junto a su equipaje, ya que tiene derecho a cargar 40 kilos en el avión.

Una vez que llega a su destino, saca los lienzos, los arma en los marcos proporcionados por la galería y termina de pintarlos.

Pero no es el único. Roberto Mamani Mamani también guarda sus lienzos de tela en su equipaje. “Llevo mis pinturas sin marcos en una maleta, y a veces trato de llevarlas como equipaje pero eso me causa bastantes problemas en las aduanas de otros países, porque ahora hay un control estricto”, pues exigen póliza de seguro y la garantía del retorno de la obra.

Cuestión de costos

Mamani recuerda que en una ocasión, cuando viajó a España, tuvo que sacar los marcos de sus pinturas para botarlos antes de subir al avión y para evitar pagar por sobreequipaje. “Por kilo tenía que pagar 25 dólares, y yo llevaba 120 kilos. Me salía carísimo”, relata.

El consagrado pintor Gustavo Lara dice que el factor económico es uno de los principales obstáculos para que los artistas saquen obras a otros países. “Las aduanas piden una garantía de la obra y eso es caro. Hace 10 años cobraban 500 dólares por un cuadro de un metro cuadrado”, dice Lara.

En cada control aduanero de otros países los artistas tienen que cumplir requisitos. Por ejemplo en Canadá, Mamani tuvo que pagar un porcentaje del cuadro que vendió en ese país. En EEUU, pagó 300 dólares por el arancel de un cuadro .

La artista Cecilia Wilde dice que el embalaje y el transporte de las obras para el exterior conllevan un costo económico muy alto. Las empresas transportadoras cobran por servicio de envío entre 150 a 180 dólares por un cuadro que mide 1,20 por 1,20 metros. El precio varía según el tamaño y peso del cuadro. Además, los aviones no aceptan cuadros que midan más de dos metros de alto y en este caso hay que contratar un transporte exclusivo que llega a cotizar hasta 3.000 dólares.

Otro factor que eleva el precio es el embalaje pues, según normas internacionales, los cuadros deben ser enviados en cajas de madera.

Para el retorno de las obras, pues no todas son vendidas en las exposiciones, el artista debe hacer un trámite para reingresar los cuadros al país.

El reconocido acuarelista Ricardo Pérez Alcalá cuenta que cuando ganó un premio en Colombia, en 2009, tuvo que hacer un trámite moroso de más de tres meses para que la aduana le entregue el cuadro galardonado.

El acuarelista calcula que gastó 500 dólares para recoger su obra de los almacenes aduaneros porque tuvo que pagar el servicio de almacenaje.

A pesar de que en Bolivia no se paga ningún arancel aduanero por sacar las obras, los artistas tropiezan con los controles aduaneros de otros países, son víctimas de decomisos e incluso les exigen que retornen con las obras que ingresaron. Por ello, venden sus obras y luego pintan otras para compensar las ausentes y regresar a Bolivia. “Eso ocurre por falta de convenios culturales con otros países. Por eso, ser un artista boliviano afuera es todo sufrimiento”, se lamenta Mamani.

Trámites en el país
Requisitos Entre los trámites que los artistas nacionales deben efectuar para sacar sus obras están: la autorización del Ministerio de Culturas que se encarga de verificar que la obra que saldrá del país es contemporánea, pues si la pieza es patrimonial o histórica, surge una serie de restricciones y trabas a diferentes niveles.


Procedimiento El trámite dura media hora y los funcionarios se encargan de verificar la obra y fotografiarla.


Valores Los solicitantes tienen que comprar un formulario que cuesta 40 bolivianos y además pagan un monto específico por cada pieza de arte.


Norma Según explican técnicos del Ministerio de Culturas, no sólo los artistas deben pedir esa certificación, sino también las personas particulares que compran cuadros o esculturas y desean sacarlos del país, pues de todas maneras se debe verificar la legalidad de las piezas.

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