Según la Asociación Pro Arte y Cultura (APAC) —organizadora del festival— en él participarán nueve elencos de Argentina, cuatro de Brasil, dos de España, dos de Francia y uno de Congo-Francia. También habrá elencos de Italia, Paraguay, Irlanda, México, Holanda, Chile, Perú y Uruguay. La delegación boliviana la integrarán 24 grupos: 10 de La Paz, 13 de Santa Cruz y dos de Sucre.
De acuerdo con APAC, entre los “platos fuertes” de la programación destaca la obra A la de criados, dirigida por el dramaturgo argentino Mauricio Kartun; el musical histórico Juana Azurduy, una versión africana de Hamlet; la bufonada El corral de Bernarda, de Ditirambo y Zorongo (Bolivia-España) y que será dirigida por el español Luis Jiménez.“Muchas de las obras han estado ya en otros festivales internacionales”, dijo Marcelo Arauz, director del festival y secretario general de APAC.
La cartelera de teatro callejero incluirá la obra Gigantes pe la propia natureza de la Compañía Brasileña de Misterios y Novedades, que abrirá el festival el jueves 7 en la Manzana Uno junto a los ganadores del Fondo Concursable 2009 con las obras La muerte del Fauno, La llegada de los guapos y Las meninas del gran Can.
El teatro danza tendrá su espacio con Diálogos sobre Nijinsky de la Compañía Virtual de Danza (Brasil) y Tussen-Between (Holanda). La oferta infantil llega con Calidoscopio de Kukla Títeres; Ulularia Teatro con En burrito a la escuela; El trato entre duendes y ratones de Los duendes de Julia, Do-re-mi de Libélula Teatro y El mago de Oz de Alquimia Teatro. El evento ocupará siete salas y 11 espacios alternativos.
Miguel Vargas Saldías
Aaltokoski, la elocuencia de un cuerpo
Es un homenaje al cuerpo humano”, exclamó la señora del lado en el Teatro Municipal de La Paz, el pasado martes 1 de marzo. Se verían tres obras de danza contemporánea y la mujer recurría a la reseña de la pieza del finlandés Alpo Aaltokoski.
Primero se presentó Before & After (Antes y Después), una coreografía de Riina Saastamoinen (Finlandia) que plantea un espejo de identidades, contemporánea y tradicional, en un ejercicio lúdico y expresivo, de gran fuerza, con una contraparte boliviana.
Le siguió la boliviana María José Rivera, que repuso Identidad en movimiento. La pieza perfeccionó luz y sonido, regalando interesantes matices sensoriales. Sin embargo, la inclusión de fotos y música tipo estampas nacionales fue una herida mortal. La obra, antes intimista y reflexiva, se conformó ahora con el cliché de identidad.
La última pieza, Deep (profundo), del coreógrafo Alpo Aaltokoski, y dirigida por la artista visual Milla Moilanen, finlandeses, fue impactante. El cuerpo de Aaltokoski inventó alas, trazó heridas, evocó paisajes y reflejó almas. Un trabajo precioso de luz realzó cada músculo del bailarín, donde cada gesto, cada músculo, cada dedo del pie tuvo algo que contar. La señora del lado tenía razón: es un gran homenaje al cuerpo humano.
Miguel Vargas Saldías
es periodista
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