Hace muchos años, niños del tercer año del nivel primario de la Escuelita My. José Agustín Castrillo, a la cabeza del profesor Conde visitaron el museo de la Normal de Maestros “Simón Bolívar” en la zona de Miraflores (Hoy Colegio Hugo Dávila). Allí, un estudiante de último año explicó y mostró una gran cantidad de insectos de los más variados tamaños con sus nombres y una indicación del lugar de donde provenían.
Como si estuvieran vivas, se veía a las mariposas en cajas de vidrio, conservando sus hermosos colores originales; fosforescentes, naranja, amarillos, verde esmeralda, celestes, azul y muchos otros más. Prendido a un tronco que simulaba a la de un árbol, estaba un pere-zoso disecado, que con sus ojos brillantes de vidrio tenía la mirada fija como si observara. Los niños se emocionaron al ver el oso hormiguero, un cocodrilo de metro y medio de largo, todos disecados y que pudieron tocar y algunos lo levantaron en vilo; serpientes y otros reptiles de diversos colores y tamaños impresionaron los ojos de los niños, el estudiante y el profesor no se cansaban de mencionar la familia, orden, tipo y grupo a la que correspondían, formas de reproducción, alimentación y regiones donde habitaban estos animales.
Con un quirquincho disecado, explicaba hábilmente, el hábitat de este animalito y cómo antes, construían con su caparazón, el “charango” y cómo hoy sobrevive en los arenales del desierto del Departamento de Oruro. Así también con una vizcacha, explicaba cómo este roedor tiene su madriguera en las cumbres frías de las montañas andinas, siendo su único alimento la escasa vegetación de los cerros. Recomendó a niños y niñas, la responsabilidad que tienen de cuidar el medio ambiente, siempre con respeto a la vida de estos pequeños animales y que hoy algunos están en peligro de extinción.
En la misma visita, pasearon la sala del “Museo Intercultural de Etnografía”, donde se les explicó con lujo de detalles, las diferentes vestimentas y trajes típicos de las distintas regiones. Explicó la representación y el significado de todos y cada uno de los símbolos y gráficas de los telares y tejidos, las figuras de los aguayos, mantas, y telares que mostraban hermosos dibujos al estilo tiahuanacota, la belleza estética de la degradación de colores y los diferentes hilados de carácter natural, realizados con tintes naturales extraídos de la misma naturaleza. Las complicadas iconografías del aguayo potosino, los ponchos de Tarabuco. En fin, estaban la casi totalidad de las vestimentas de las 36 etnias del Estado Plurinacional Boliviano.
En otro sector observaron los vistosos disfraces de las diferentes danzas de Bolivia, como de los morenos, caporales, llameradas, cullaguadas, y entre las vestimentas e instrumentos musicales autóctonos estaban los mohoseños, pinkillos, tarkas y otros provenientes de las lejanas zonas amazónicas o tierras bajas. Los trajes típicos de cada región sobresalían por sus vistosos colores y figuras todos con dise-ños extraordinarios.
Un estudiante de la carrera de Educación Musical, explicó sobre la música que se inter-pretaba en cada región; instrumentos de cuerda como el violín, violoncelo, viola, contrabajo, charango, guitarra clásica, guitarra potosina, charango ronroko, y muchos otros; entre los de percusión, se observaba el bombo, chaqueño, tambores, caja – wankara, k‘aratinya; un bombo con una cuerda en el centro que al pulsar la cuerda emite sonidos con tonos bajos. Fue la visita más interesante donde se aprendió muchas lecciones a la vez, teniendo los materiales didácticos a la mano. La Directora de la institución, invitó a que otros niños puedan conocer este museo de singulares caracterís-ticas.
Por Lic. Dafneé Nataly Sossa Tintaya y
T.S. Mario Larrea Cayo.
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