La cuarta versión del Premio Eduardo Abaroa 2015 entra en su recta final. Ayer se inauguró en La Paz la muestra de 92 obras preseleccionadas entre esculturas, dibujos y pinturas al óleo, acrílico, acuarela y pastel con la temática central de la demanda marítima.
La exposición fue inaugurada por el director de Promoción de Arte y Cultura del Ministerio de Culturas y Turismo, Max Eguivar, en el Museo Nacional de Arte.
La colorida escultura de madera de personajes representativos de los nueve departamentos de Bolivia, con temática alusiva al mar, está en la galería, trabajos que se exhibirán hasta el 7 de febrero. Martina, seudónimo de la autora del tallado en madera, explicó que la obra representa “el sentimiento de unidad de la demanda marítima”.
Dentro de la diversidad y estilos que se ven en la exposición en el Salón Patio de Cristal están por ejemplo la obra en pastel Cargando sueños, pintada por Azulina, seudónimo de la autora.
El óleo Valiente inocencia, de Róger, retrata a Juancito Pinto con un fusil delante de un colorado muerto. Juancito Pinto, cuyo nombre lleva el bono escolar, era el niño tamborero que fue parte de la defensa del mar contra la invasión chilena en 1879.
Un sueño sin guerra, trabajo de Laura en estilo mixto, también pugna por el premio en la categoría de artes plásticas. En el dibujo se ve un barquito de papel navegando por la costa del Pacífico usurpado por Chile.
La acuarela Monstruo marino, de Run Rabbit, que se expone en el Museo Nacional de Arte, también es parte de las más de 400 obras preseleccionas. El legado de un guerrero, en alusión al héroe del defensa del mar Eduardo Avaroa, cuyo nombre lleva el premio, está entre las decenas de obras.
A diferencia de las anteriores versiones, en el premio 2015, se observan obras que no tienen que ver con la temática central del mar. Es así que se ve el óleo Pachamama, de Víctor Hugo Gemio; La marcha de los pueblos, del seudónimo Mapache; El niño melancólico, de Cruz y otros.
La convocatoria del Premio Eduardo Abaroa 2015 fue también para trabajos sobre héroes y heroínas, interculturalidad, ecología y Madre Tierra, además de fomento cultural y turístico.
Las obras del Premio Eduardo Abaroa no solo son una “expresión cultural, sino marcan la historia del arte, que se suma a la demanda de retorno al mar”, destacó Eguivar.
Al igual que la responsable nacional del Premio Eduardo Abaroa, Marianela España, Eguivar considera que el premio no solo crece por la cantidad de participantes, sino por la calidad de las obras, que perfilan el concurso como el “más importante de Bolivia”.
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