sábado, 9 de enero de 2016

Artesanos proponen que Illa del Ekeko sea patrimonio cultural

La Federación Nacional de Artesanos de Navidad y Alasita (Fenaena) presentó a la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) un proyecto de modificación de la Ley 2797, que declara a la fiesta de la Alasita como Patrimonio Cultural e Intangible de Bolivia, para incluir que la Illa del Ekeko, sea parte del patrimonio cultural de Bolivia, al igual que festividad

Freddy Butrón, ejecutivo de Fenaena, señaló que el proyecto de ley busca que la Illa, que estuvo “exiliado” en Berna (Suiza) por 158 años, forme parte del patrimonio intangible del Estado.

El objetivo, según Butrón, es revalorizar la fiesta de la Alasita y evitar que se distorsione con ferias que no tienen nada que ver con la esencia de la festividad que es la artesanía en miniatura.

“Queremos promocionar a la Illa ya que tiene las cualidades del Ekeko, que según la tradición, trae abundancia", dijo.

El proyecto de ley de enmienda que consta de 4 artículos y 11 incisos, plantea que Fenaema forme parte de la organización de las ferias de Alasita en otros departamentos, junto con las alcaldías y las gobernaciones. La festividad se celebra el 24 de enero.

Al respecto, el secretario de Culturas de la Alcaldía, Andrés Zaratti, dijo a una agencia de noticias que esa acción fortalecerá el trámite que hace el Gobierno ante la Unesco, para que la Fiesta sea patrimonio intangible de la humanidad.

CARACTERÍSTICAS

La Illa del Ekeko –escultura arqueológica prehispánica rescatada de Suiza en 2014– fue nombrada, el año pasado, “Deidad Protectora y Patrimonio Cultural de Chuquiago Marka, La Paz”, mediante una ordenanza municipal, por formar parte de la tradición oral de la Alasita, que es celebrada por los paceños cada 24 de enero, por ser portadora de la memoria colectiva y las costumbres de los pueblos.

La piezas arqueológica, mide 15,5 centímetros de alto, fue labrada en una roca oscura de color verduzco.

Según la cosmovisión andina, las illas también son la simbolización de los deseos, entre éstos que las personas obtengan bienes en la vida real. O sea que constituyen objetos para atraer beneficios a partir de artesanías en miniatura, que generalmente son consagrados por los seres tutelares de las montañas o apus.

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