Marcos Puña
Nació: En 1977, en Oruro Profesión: Músico, concertista de guitarra Una exitosa carrera Marcos Puña es profesor de guitarra graduado del Conservatorio Municipal de Música de Montevideo, Uruguay. Cuenta, además, con un postgrado sobre “Guitarra Flamenca e interpretación de la Música Española”, realizado con Manuel Granados en el prestigioso Conservatorio del Liceo de Barcelona, España. Actualmente es docente del Conservatorio Plurinacional de Música, cuya orquesta de guitarras también dirige. Ha grabado los discos Marcos Puña, Guitarra, realizado en 1995, Concierto Español (1998), Paseo
— Cuéntenos un poco sobre el concurso que acaba de ganar.
— Se trata de un concurso internacional de guitarra, que es uno de los más importantes de Europa, al ser en Barcelona, desde luego que es uno de los más reconocidos en España. Es un evento que se hace cada año y que reúne artistas que vienen a competir desde distintas partes del mundo.
— ¿Fue a España exclusivamente para concursar?
— Estoy hace un mes y medio en Barcelona con una beca por un curso de tres meses; voy a estar hasta fin de año. Mi estadía, felizmente, ha coincidido con la realización del concurso. Yo ya me venía preparando desde Bolivia y afortunadamente el resultado fue positivo.
— ¿Cómo es el nivel de los guitarristas concursantes?
—El nivel es realmente abrumador, es altísimo en todos los concursos de Europa. Yo ya tuve la dicha de ganar el primer premio en otro certamen en 2007, en el país vasco. Esa vez ya me había impresionado el alto nivel, y en esta ocasión fue realmente espectacular porque hay gente tanto de Latinoamérica como de Europa que toca de manera maravillosa, pues la guitarra clásica ha crecido mucho y hay gente en cualquier parte del mundo que la ejecuta de manera excelente, hay muchos eventos, festivales y, sobre todo, varios concursos.
— ¿Qué se siente ganar un concurso de guitarra en el país donde precisamente este instrumento tiene mucha tradición?
— Es importante, sí. En España hay una gran tradición de guitarristas, pero desde la época de Segovia, o poco después, ya se ha globalizado, y la verdad es que la gran tradición de la guitarra no es solamente de España, sino de muchos países. A pesar de ello, es cierto que España mantiene un liderazgo notable, con grandes intérpretes y, sobre todo, con una actividad nutridísima, porque hay festivales, como el de Barcelona, en varias ciudades durante todo el año.
— Han surgido, además de usted, otros intérpretes de gran nivel en Bolivia, como Pablo Uriarte y Piraí Vaca. ¿Esto es una buena señal para la música boliviana?
— En nuestros casos, somos gente muy afortunada, y sería relativo medir con nosotros cómo está el nivel de Bolivia, porque la verdad es que los tres somos el producto de otros países, ya nos hemos formado afuera; pero, lógicamente, eso también habla bien de nuestro país.
— ¿Por qué decidieron estudiar en otro país?
— Actualmente, y por fortuna, el crecimiento de la música clásica en Bolivia es maravilloso. Iniciativas como las de Ana María Vera (que quiere abrir una academia de música) nos están dando los avisos de que ya no estamos en una situación de atraso crónico como era hace varios años. Recuerdo que Piraí contaba que cuando salió bachiller, a mediados de la década del 80, no existía ni siquiera la carrera de guitarra en el conservatorio de La Paz, entonces era imperiosa la necesidad que él tuvo de irse. Yo salí bachiller el año 1994, y en ese entonces ya existía la carrera en el conservatorio y algunas otras opciones, pero todavía faltaba mucho por hacer, entonces yo me fui a Uruguay e hice dos postgrados en España.
— ¿Cree que eso puede cambiar a mediano plazo?
— Uno de mis sueños es que el boliviano no tenga la necesidad imprescindible de irse, que tenga la posibilidad de estudiar en su país y a los más altos niveles; si quiere irse, que lo haga por decisión personal, pero no porque en nuestro territorio no exista la posibilidad de estudiar seriamente la guitarra. Entonces, yo que soy de este grupo de bolivianos afortunados, tengo esa ambición, ese sueño: poder dictar una cátedra que no tenga nada que envidiar a otras de las más importantes en Latinoamérica y donde se estudie con la mayor rigurosidad y seriedad.
— Aunque sea cliché, ¿a quién dedica este premio?
— A mis padres, que me han dado todo, a mi hermano Guillermo, que es gracias a él que yo toco la guitarra, y también debo agradecer a tres maestros muy importantes que me han dado mucho a lo largo de mi crecimiento: al gran maestro uruguayo Abel Carlevaro, que en paz descanse, tengo mucho que reconocer al maestro argentino Eduardo Isaac que me ha facilitado materiales importantes para este certamen, y a mi preparador para este concurso, el maestro Guillem Pérez-Quer.
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