Las ciencias sociales en Bolivia han hallado un hogar en el Musef, donde se han desarrollado en el último cuarto de siglo gracias a un evento que es toda una institución académica: la Reunión Anual de Etnología (RAE). Alrededor de 2.000 ponencias certifican su contribución y al igual que el ente padre de familia, ha comenzado a expandirse a otros departamentos, como Santa Cruz y Sucre.
El génesis de esta aventura que lleva 25 años de organización ininterrumpida, fueron las “charlas sabatinas” que se efectuaban en el inmueble colonial de las calles Ingavi y Genaro Sanjinés, donde se daban cita estudiosos extranjeros de la antropología y otras ramas sociales. Incluso más antes, fue el epicentro de los debates del naciente katarismo, el indianismo, el indigenismo.
Así, estaban dadas las condiciones para la consolidación de un espacio para el debate sociológico, cultural, antropológico, arqueológico, lingüístico, etnológico. Y ello se dio en 1987. Sus memorias están guardadas en publicaciones y materiales audiovisuales. “Es el lugar donde se juntan la academia y los actores sociales”, comenta el director Ramiro Molina. Uno donde no sólo se dan cita investigadores, sino estudiantes que se nutren con las enseñanzas.
Allí se discutieron con antelación temas actuales como el racismo, lo plurinacional. Y desde hace dos años, la cita se organiza en la subsede del Musef Sucre, y a partir de este año, en Santa Cruz de la Sierra. “Así hemos cubierto el sur y está claro que hemos soltado la RAE. Y si otro lugar nos la pide, la hacemos allí, porque somos un museo nacional”, arguye Molina sobre este evento que ya es patrimonio académico del país.
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