El Stand Up es estilo de comedia en el que el comediante se presenta en vivo frente a una audiencia, hablándoles directamente. Es en esa técnica que se especializa Javier Soria, comediante innato que hoy concluye sus presentaciones en la Cinemateca. A propósito de las mismas, EL DIARIO realizó una entrevista para conocer más el trabajo de este joven talento.
El Diario (ED) ¿En primer lugar, por qué te dedicas al humor?
Javier Soria (JS).- Porque me agrada reírme de la vida, porque considero que el humor es el espacio de resistencia que la sociedad a veces no toma en cuenta. Uno puede plantarse en el escenario y a través del humor transmitir muchas verdades. Y además porque cuando uno comparte ese espacio con gente que a veces desconoce y nos reímos todos, es como un excelente ritual humano que a mí me agrada practicar.
ED.- ¿Hace cuánto realiza este tipo de presentaciones enmarcadas en el Stand Up?
JS.- Las presentaciones como monólogos de humor o stand up comedy, las realizo ya hace 3 años en la Argentina, presentándome por lo menos 2 veces por semana, durante 2 años ya y con varios espectáculos que he armado yo y otros a los cuales fui invitado.
ED.- ¿Aprendiste de forma académica? o ¿fue un aprendizaje autodidacta?
JS.- Sí fue académicamente.
ED.- ¿Con quién aprendiste? y ¿cuáles fueron tus influencias?
JS.- Estudié en un curso de Diego Weinstein, un comediante argentino reconocido a nivel internacional, con quien aprendí el modo, el formato y la técnica para poder ordenar tus pensamientos, los que consideras graciosos. Las influencias que tengo en general son más inglesas o norteamericanas, más que nada porque de ahí nace este tipo de comedia, entonces puedo citar a Eddie Izzard, Ricky Gervais, Jerry Seinfeld, Chris Rock, Richard Pryor y otros tantos que me gustan mucho, en el nivel más latino es muy bueno el humor español de los que suelen actuar en el Club de la Comedia, que suele dar en Vh1 y en Argentina por ejemplo están Federico Simonetti, Luciano Mellera, Alejandro Angelini, que son personas con mucho renombre, además con quienes tuve el orgullo de trabajar.
ED.- ¿Existe una rutina, cómo la estructura?
JS.- Existe un modo de hacer un monólogo de humor, básicamente primero uno observa el mundo, toma las cosas que considera extrañas, raras, las que quiere cuestionar, las que no le parecen a uno, luego se observa uno mismo y hace lo mismo. Entonces vas con ese material de observación y lo comienzas a ordenar, básicamente en información, que es aquello de lo que vas a hablar, remate: que es el humor en sí mismo, o sea lo que se dice de esta información que la gente no esperaba escuchar o que le da el giro humorístico y la actuación: que es decirlo, ensayar el modo de decirlo, el tiempo, si se hará o no se hará un personaje cuando se lo diga, etc.
ED.- ¿Existen temas particulares con los que tengas preferencias?
JS.- Si, los que duelen. Me gusta hablar de cosas que la gente considera serias, como el mar boliviano, la política, nuestra idiosincrasia desde el lugar negativo, el poder de las instituciones. Tomo esos temas y los transformo en material humorístico, siempre trabajando mucho porque es fácil criticar o hablar por demás, el buen humorista es aquel que trabaja sobre su rutina y le da sutileza, ingenio.
ED.- ¿Según tu experiencia, qué es lo más importante de trabajar con el humor? Hay elementos que pueden hacerte llorar pero no hay objetos que te hagan reír, ¿cómo se cultiva este arte?
Lo más importante de trabajar con el humor es hacer precisamente que todo aquello que te debería hacer llorar, te haga reír, no como un escape a la realidad, sino como un espacio donde te das cuenta que se puede resistir, se puede cambiar, se puede por lo menos uno reír de aquello que le pasa. Uno puede tomarse una tragedia con humor y desarrollar toda una rutina al respecto, esto ayuda mucho a la sociedad, porque permite seguir viviendo pese a todo, permite estar en constante cuestionamiento.
Todo lo serio me hace reír, este arte se cultiva entendiendo que no todo en la vida es solemne y serio y que hay un espacio de error en el ser humano que siempre puede uno cuestionar y reírse de él. Reírse de uno mismo es algo inteligente, pero que un pueblo sepa reírse de sí mismo hace a un pueblo algo mucho más grande, más único y más preparado para todo.
ED.- ¿En qué lugares te presentas en La Paz?
JS.- Estoy en The Dubliner, en el Megacenter de Irpavi, a las 9 de la noche, totalmente sin costo.
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