jueves, 13 de octubre de 2016

Irina Efanova y sus jóvenes talentos del piano

La destacada maestra rusa de piano Irina Efanova lleva 21 años en Bolivia en la enseñanza de este noble instrumento musical, y gracias a su constancia y dedicación ha logrado descubrir a jóvenes talentos musicales como: Santiago y Facundo Chávez Auzza, entre otros destacados alumnos.

“Hace 23 años llegué a Bolivia porque me casé con un boliviano y comencé a trabajar en el Conservatorio Nacional de Música dictando clases de piano; aprendí el idioma con mis alumnos. Ellos siempre han sido mi principal motivación y fuente de inspiración para seguir adelante, porque el enseñar para mí es aprender y crecer”, enfatiza la reconocida pianista.

Desde el primer año de trabajo, Irina vio los primeros frutos cuando uno de sus alumnos viajó al Brasil y obtuvo el segundo puesto en un concurso. Luego por 7 años consecutivos sus estudiantes obtuvieron el primer lugar en el Concurso Nacional de Piano en Tarija. El talento juvenil no se dejó esperar obteniendo sus primeros logros en otros concursos internacionales en países como: Chile, República Dominicana y Europa.

“Al principio yo tenía de 7 a 10 alumnos, entre 14 a 15 años de edad. En la actualidad esto ha cambiado, porque hay niños de diferentes edades, como un alumno que tuve hace tiempo, Jorge Nava. Él comenzó a sus 5 años y se fue a España para continuar con su formación.

Cada niño tiene sus propias habilidades físicas y psíquicas, por eso yo recomiendo comenzar entre los 5 a 6 años de edad”, explica la pianista. Efanova tiene alumnos que se han dedicado al piano en forma profesional como el caso de Masaru Sakuma, que en la actualidad cursa su doctorado en Estados Unidos; Jorge Nava su máster en el Royal College of Music, en Londres; Misael Mejía que estudió en el Real Conservatorio de Amberes, Bélgica, y José Navarro estudia en Hochschule für Musik Franz Liszt Weimar, en Alemania.

ENSEÑANZA

Efanova dice que la clave para aprender a tocar piano es tener buen oído, cada niño o joven tiene un potencial diferente uno puede ser más hábil en lo técnico, en la transmisión de emociones y otros en la finesa de la ejecución, solo es cuestión de descubrir estas habilidades para desarrollarlas.

“El transmitir sentimientos a través de la música no es difícil, consiste en dejar que sean ellos mismos, que fluya como algo natural, como ese ser divino, de luz y de amor, eso es lo más importante, el lograr despertar y explotar ese talento en el piano”, expresa Efanova.

La maestra asegura que cada niño o joven tiene cualidades muy particulares que lo hacen especial, en el caso de una persona muy tímida no podrá expresarse y le llevará cierto tiempo el desenvolverse con soltura. Entonces cada talento se va puliendo poco a poco hasta que se manifieste en su plenitud.

ALUMNOS

Santiago Chavéz Auzza tiene 14 años y cursa el tercero de secundaria en el colegio Ave María, comenzó a tocar piano a sus 4 años de edad y desde sus 8 con la maestra Irina Efanova. Ganó su primer reconocimiento a la edad de 6 años, cuando participó en el Concurso de Talentos Musicales en el Festival de Música Ave Mariana.

“Siempre me ha gustado tocar piano, porque mediante la música puedo expresar diferentes sentimientos y lo que intenta decir cada autor. El 2015 participamos con mi hermano Facundo en la Orquesta de Ramiro Soriano, en un concierto en Arica (Chile) y en octubre del mismo año ofrecí un concierto como solista de piano en el Centro Sinfónico Nacional en Bolivia”, recuerda Chávez.

Santiago afirma que el tocar piano no es como muchos piensan un hobby, sino que requiere de mucho tiempo de estudio, mínimo 8 horas al día. Además de responsabilidad y disciplina para distribuir el tiempo entre las horas de práctica, actividades en el Conservatorio Plurinacional de Música (CPM) y el colegio.

“Hoy daré un concierto como solista en el CPM a las 19:30 con temas de Bach, Beethoven y Ginastera, entre otros. Recientemente, envíe unos videos con temas de Bach y Beethoven para concursar en México y Holanda, en los que fui seleccionado, pero sólo asistiré a Holanda, porque se cruzan las fechas de participación”, cuenta Santiago.

FACUNDO CHÁVEZ AUZZA

Tiene 10 años y cursa el quinto de primaria de colegio Ave María. Comenzó a tocar piano a sus 4 años de edad, motivado porque desde pequeño escuchaba la música que interpretaba su hermano mayor, Santiago, entonces él les pedía a sus padres que le dejarán tocar, a lo que accedieron luego de ver un anuncio en el periódico.

“La profesora Irina es buena, porque no deja pasar detalle alguno, ni tecla falsa. He aprendido con ella que cada nota musical expresa un sentimiento; por ejemplo, puede reflejar alegría o tristeza. Cada día procuro mejorar un poco más en las 3 a 4 horas que le dedico al día, sin descuidar mis actividades del colegio, pero nunca descuido el piano”, comenta Facundo.

El pequeño pianista asegura que el tocar este instrumento le ha enseñado a tener orden, disciplina, amor y a organizar su tiempo, porque debe dedicarle buena parte de su día al piano y el resto a las labores escolares que debe realizar.

“Gané dos concursos de piano con la interpretación de la obra de Sebastian Bach el 2013 y 14. Y la semana pasada gané el primer lugar en el Concurso de Piano en Totora (Cochabamba). En estos días di un concierto en el Festival Wawastinkuy seguido de otro que será en la Casa de la Cultura de La Paz”, dice Facundo.

Los hermanos Chávez Auzza a su corta edad ya se han destacado en el ámbito musical ganando varios concursos a nivel nacional y tienen el sueño de convertirse en renombrados concertistas bolivianos, con el fin de salir al exterior a especializarse y retornar al país para mostrar lo aprendido. “Su disciplina y constancia, en poco tiempo darán frutos y serán un orgullo para Bolivia”, comenta su maestra.

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