Al ser parte de esta comunidad, la artista llegó a interiorizarse con los protagonistas de sus obras, quienes se muestran en facetas íntimas, espontáneas y llenas de expresiones.
“Quise buscar miradas profundas y a la vez expresivas, destacando nuestros rasgos; pero el objetivo también es mostrar las distintas tonalidades de piel oscura que tenemos, sea canela, café o chocolate, y quitar el estigma de que somos negros”, comenta Angola, quien se dedica a la fotografía hace 14 años.
Juan Pablo Muñoz -director de la productora Pixelart, que auspiciará la muestra- afirma que es la primera vez que se monta una exposición de la comunidad afro en Bolivia, y que “Carmen, siendo parte de la comunidad, tiene una mirada más íntima y complementaria de su gente”.
Dispuesta a interiorizarse más con su cultura, en 2000 inició sus visitas a diferentes pueblos donde residen afrobolivianos, entre ellos Tocaña, Coscoma, Dorado Chico, Cala Cala, Chicaloma y La Paz, para “inmortalizar” a su gente, sus costumbres y su entorno en imágenes.
En estas visitas, no sólo afianzó sus raíces, sino que vio la fortaleza de un pueblo que, a pesar de haber sufrido la esclavitud, ahora vive en libertad, con orgullo de conservar sus tradiciones y con una juventud ansiosa de superarse y progresar.
Angola recuerda que al llegar a un pueblo, se sentaba en la plaza principal con su cámara en mano, viendo pasar a su gente y, en muchos casos, entablando conversación con ellos.
De todos estos encuentros, uno de los personajes que más recuerda es “al tío Fidel”, de Coscoma, quien es conocido y respetado en su comunidad por su sabiduría, el contacto que tiene con la naturaleza y las curaciones que realiza aplicando la medicina tradicional.
Innovadora y profunda
Para Angie Salgar -presidenta del Club Fotógrafos con Altura 5500- esta muestra, además de ser una propuesta innovadora, por el manejo del sepia y la temática en sí, es una mirada antropológica y profunda sobre la comunidad afroboliviana.
“Carmen presenta una nueva estética que no se trabajó antes en nuestro medio; pero además es un trabajo valioso por el tiempo que se dedicó a realizarlo”, agrega Salgar.
Angola, sin embargo, no sólo quiere mostrar a “su pueblo” retratado, sino que también busca mostrarse a la sociedad como la primera fotógrafa afro de Bolivia, capaz de incursionar en el campo artístico.
“Los afro no sólo bailamos saya, sino que también podemos hacer arte. Para mí, la fotografía es mi pasión y mi vida. Es una forma de captar momentos únicos e irrepetibles, como los que se verán en la muestra”, expresa con satisfacción.
Toda esa experiencia, expresada en fotografías, además de presentarse en La Paz, recorrerá las plazas y centros culturales de las diferentes comunidades para que los protagonistas puedan verse y reflejarse en los retratos.
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