“La muestra está compuesta por tres series. Una de imágenes figurativas, otra de imágenes realistas y una tercera de imágenes geométricas que fueron plasmadas en óleo sobre tela y en técnica mixta”, señala.
“Las primeras diez piezas de la exposición forman parte de la colección de figuras geométricas”, detalló la artista. Otras 15 son parte de un trabajo figurativo en el que plasma el paisaje y la fauna que habita los Andes. Mientras que el resto de las obras de la colección tiene como protagonistas a los ángeles y otros personajes típicos de la festividad de la anata andina.
Pintisa, palabra aymara cuyo significado es “algo nuevo”, es el término con el que Espejo ha bautizado a su muestra. Y es que es precisamente con este trabajo con el que pretende renovar su mirada del arte andino.
“Pintisa II responde a un estudio académico profundo que realicé este tiempo. Mucha gente dice que no hay arte andino y con esta muestra cuestiono estas afirmaciones. Cómo no puede haber arte andino si hubo toda una civilización en los Andes”, sostiene.
Y agrega que muchas de las investigaciones sobre el tema señalan que el arte andino se halla sólo en la arquitectura. “Mi investigación se enfoca más en la lengua aymara, pues en ella hay un sinnúmero de palabras que se dirigen a la geometría y ciertos detalles que narran muchas cosas”.
Para la antropóloga Denisse Arnold, “cada personaje de los cuadros pintados (por Espejo) cuenta a su vez con sus atributos particulares: por ejemplo, los chullumpis bailan entre macho y hembra con algas en la boca, como hacen en febrero o marzo de cada año en las lagunas de los cerros”, detalló.
Espejo es una artista plástica, tejedora y narradora de la tradición oral andina. Egresó de la Academia Nacional de Bellas Artes de La Paz, es experta en textiles y coautora de varios libros sobre el tema. Ha dictado cursos en Bolivia y en el exterior.
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