“Esta distinción al maestro Arias me da motivo para escribir sobre su pintura (…) en sus obras artísticas están impregnadas la huella de sus vivencias, el conocimiento adquirido. Además de tener una excelente técnica al manejar diversas texturas y un dominio del color, su obra se caracteriza por su contenido”, señaló Antonio Calderón de Jesús, director del Centro Internacional de Arte y miembro de la Asociación Española de críticos de Arte.
La premiación se desarrolló el pasado 6 de mayo en un espacio considerado como uno de los más importantes escenarios teatrales en España y del mundo entero.
“Son muy pocos los artistas que dan más importancia al contenido de sus obras que al manejo de la técnica, en cambio la mayoría de los pintores solo les preocupa la técnica, olvidándose que el arte tiene otros componentes que tiene mucho que ver con la sociedad, donde el arte de hoy debe ser más coherente y comprometido con los momentos en que vivimos aportado con ello un bien social”, agregó Calderón de Jesús.
El crítico también resaltó la capacidad literaria del artista boliviano, producción en la que se comprueba “el paralelismo que existe con sus últimas creaciones pictóricas de la serie ‘Ciberandinos’ ‘homo evolutis’ o ‘Teúrgia andina’, donde el principal protagonista es el ser humano convertido en máquina que imita todo lo que ve, no es consciente de sus actos”.
“Y en la serie “Siluetas atmosféricas” nos plantea la multiplicidad dimensional de la naturaleza donde nosotros como personas no solamente somos este cuerpo físico, sino que también tenemos otros cuerpos de distintas densidades unos más etéricas que otras como son el cuerpo vital, emocional, pensante, entre otras”, señaló.
Breve biografía
Orlando Arias Morales nació el 23 de diciembre de 1954 en Potosí. Es el tercero de siete hermanos, hijo de Constantino Arias Toro y de Maritza Morales Mosquera. Estudió en el Colegio San Agustín de Cochabamba, luego ingresa a la Universidad San Andrés de la ciudad de La Paz en la carrera de Ingeniería Civil para luego por motivos de trabajo se cambia a Economía en la Universidad Técnica de Oruro “UTO”, carrera que no concluyó para dedicarse al arte.
Se inició pintando clásico y realismo, pero pronto se dio cuenta que este tipo de pintura llevaba siglos desarrollándose, por lo que dio el salto al neofigurativismo, abstracto, expresionismo y surrealismo.
A los 21 años participa en el Concurso del VII Salón Nacional de Artes Plásticas, Oruro- Bolivia; a partir de entonces, comienza una fructífera carrera como pintor, participando en diversas exposiciones individuales y colectivas, así como en diversos salones y concursos de pintura en su Bolivia natal. En 1986 viaja a Perú y allí conoce al escultor peruano Víctor Delfín. Ese mismo año llega a Ecuador y conoce a Oswaldo Guayasamín. Durante los próximos años recorre Colombia (1988), Costa Rica (1993) y Panamá (2001).
No hay comentarios:
Publicar un comentario