José Ballivián es un artista visual paceño que aborda el dibujo, el video, el performance y la escultura a través del arte contemporáneo. Su mirada crítica sobre los nuevos mestizajes es la que atrajo la atención del comisario del Pabellón Bolivia, José Bedoya, y de los curadores de la muestra Esencia Juan Fabri (Bolivia) y Gabriele Romeo (Italia), que se presentará desde el 12 de mayo en el edificio la Scuola dei Lanieri en la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Venecia, una de las plataformas más importantes del arte mundial, en el que por primera vez el país contará con su propio pabellón.
Ballivián se encuentra trabajando en Berlín, donde presentó el viernes la exposición Contraste en Galería OKK de la capital alemana con objeto, video y performance. A la par, da los últimos detalles a las esculturas que se prepararon ahí. El 4 de mayo, el artista llevará su obra y las de sus colegas Sol Mateo (Bolivia) y Jannis Markopoulos (Grecia) hasta Venecia.
“Mi obra consiste en dos esculturas de dos toros inspirados en los del baile de Waca Waca, miden dos metros por cuatro. Además incluye una serie de 12 dibujos en los que se ve a personas híbridas que se van convirtiendo en animales. Sobre el montaje, las esculturas irán sobre el piso y los dibujos en mesas de cristal, no colgadas en las paredes; queremos que se vean como objetos”, cuenta Ballivián.
Las piezas de Waca Waca Ch’ojcho responden a un discurso que Ballivián explora desde hace años. “Siempre he ido trabajando sobre el mestizo, el híbrido y el choque de culturas; ahora tomo los toros que fueron traídos por los españoles y que han sido transformados y recontextualizados”.
Según el texto de los curadores, el conjunto de piezas propone una reflexión “sobre los encuentros y desacuerdos culturales. Su utopía pone de manifiesto la imposibilidad de construir una sociedad verdaderamente intercultural en la Bolivia poscolonial”.
“Ballivián deconstruye la tradición indígena y la reemplaza en un lenguaje contemporáneo: se refresca la utopía indígena de liberarse de la dominación colonial, o al menos de eludirla. Las tensiones creadas por dos cabezas de wakas, dejando el mismo cuerpo pero orientado en direcciones opuestas, es la esencia del proyecto”.
Ballivián ha ganado ya varios premios durante su carrera, pero este desafío es muy importante para él. “Me siento muy contento. Pocas veces uno tiene un reto tan importante. Hemos trabajado duro y lo mostraremos”.
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